Memoria y presente a 10 años de la partida de Néstor Kirchner

Luciano Lencina, Patricia Añaños, Diego Mendoza Jaufret y Pamela Cabaña, cuatro militantes del kirchnerismo en Magdalena, recuerdan el 27 de octubre de 2010, día del fallecimiento del expresidente de la Nación, las sensaciones de aquel momento y su legado.

Nos dejó mil flores y muchas más por florecer

Por Luciano Lencina

En un principio nos invadió una amarga sorpresa, como a todos, pero cuando miramos para adentro apareció también el desconcierto. Es que era Néstor quien articulaba para aglutinar y contener amplios sectores del movimiento mientras Cristina gobernaba.
Al quedar sin su compañero supo hacerlo con unos ovarios y unas convicciones increíbles, sobreponiéndose al dolor y avanzando firme en cada medida.
Su partida fue sorpresiva, tanto como su llegada. Su paso en la política nacional fue tan intensa como breve y trascendental. Pues los jóvenes que fueron víctimas de la última dictadura (que pensaban morirse sin una alegría) junto a los jóvenes descreídos de los noventa que nada les importaba más que putear a la política y todo lo que tenga que ver con ella, mas a aquellos que fue pariendo su gobierno y el de Cristina hoy se abrazan en una masa crítica plagada de convicción y esperanza.
Ese presidente que no vino a durar, ni a dejar sus convicciones en la puerta de Casa Rosada, enamoró a millones con su desfachatez y su profundo sentido patriótico y militante. Nos dejó, no solo a la mejor estadista de nuestra historia, sino también mil flores y muchas más por florecer que están dispuestas a continuar con su legado de una Argentina de iguales y una Latinoamérica unida.


Néstor vive en el Pueblo

Por Patricia Añaños

¿Qué me pasó?
¿Cómo viví su muerte?
¿Dónde estaba?
Eran las 9 de la mañana creo, no mucho más. Estaba en casa con Tino esperando la llegada del censista.
Casi simultáneamente suena el timbre y Tino prendía la tele. Yo fui a abrir la puerta.
Cuando llegamos al comedor vimos la noticia en la tele: Néstor Kirchner murió.
Nos quedamos mudos por unos instantes y comencé a cambiar de canal buscando una desmentida.
Todos los canales hablaban de lo mismo. Era cierto, Néstor había fallecido.
Retomamos con el o la censista, no me acuerdo quién era, si era hombre o mujer. Sólo viene a mi cuerpo una sensación de vacío, de enorme angustia que me invadió en ese momento, y nada más.
Nos quedamos pegados a la silla, literalmente, no podía dejar de mirar, escuchar.
No podía ser cierto. Fue una sensación de orfandad. Inexplicable sentimiento.
Néstor representaba para mí, ese peronismo que había leído en los libros, que mi vieja me había enseñado a amar y abrazar, pero era tangible. Lo estaba viviendo.
Todas las banderas: justicia social, independencia económica y soberanía política; el valor de la participación militante, de la discusión constructiva, esa que te enseña.
En definitiva el Peronismo con sus conquistas de derechos y defensa de lo nacional. La Patria  grande, todo eso era Néstor.
Me enojé, ¡¿cómo se había ido?!
Y dije: quiero ir, vamos. Comenzamos a hablar con compañeros y terminamos en Buenos Aires esa tarde. Salimos en una combi.
Amor, angustia, agradecimiento, fervor, todo eso se vivía en la plaza, en la vigilia esperando poder ver a Cristina, a Máximo, a Florencia.
Y nos volvimos y le pedimos al presidente del Partido Justicialista de ese momento que gestione un micro. Y llenamos ese micro, muchos compañeros salimos para el sepelio. Y pudimos llegar. Filas y filas, horas de cola, de gente esperando poder despedirlo.
Niños, madres, mujeres, hombres, abuelos, jóvenes, banderas, agrupaciones… Pueblo.
Eso es, eso representa Néstor. Convicciones.
Creo que no le van a perdonar, y mucho menos a Cristina, demostrar que era posible un país diferente, un país para todos, pero para todos de verdad. Para los humildes y para los ricos, para todos. Porque a pesar de todo el odio que fomentan y desparraman, no pueden negar, que aún con sus quejas y con los derechos conquistados para los humildes, los trabajadores nunca dejaron de ganar dinero. Y un gobierno peronista era posible. Y lo vivimos, fue real. Y ese flaco al que no le gustaban los protocolos, conquistó corazones, revitalizó militancia y nos dejó un gran legado.Defender lo conquistado. Nos dió un país posible para todos.
Néstor es mi héroe colectivo. Mi Eternauta. Mi Nestornauta. Representa el peronismo contemporáneo y posible.


Me gusta recordarlo militando

Por Diego Mendoza Jaufret

«Se murió el tuerto».
Con esas 4 palabras en un mensaje de texto de un amigo, que obviamente no es del palo, me desperté y me atraganté el 27 de Octubre de 2010.
La reacción inmediata fue prender la tele y esperar que sea un bolazo.
Crónica ya lo confirmaba.
Después llovieron los mensajes, llamados y salimos en autos para la Plaza de Mayo.
Nos quedamos hasta tarde.
Cantando de a ratos.
Puteando de a ratos.
Lloramos todo el tiempo.
Al velorio fuimos en un micro que dejamos atrás de la Casa Rosada.
Nos metimos en la primer cola que encontramos, que más tarde nos enteramos que era para «funcionarios», pero igual nos quedamos.
Fue el primer y único velorio multitudinario al que fui.
Muchxs no entienden por qué lloramos a Néstor.
En mi caso Néstor fue el tipo que me devolvió la política como herramienta de transformación.
Lo admiro por muchas cosas, sobre todo por su coraje.
A los que nacimos en dictadura y vivimos nuestra adolescencia en el menemismo, Néstor nos marcó un rumbo.
Me gusta recordarlo militando.


Néstor es eternidad en el corazón de millones

Por Pamela Cabaña

Era un feriado, era el último censo nacional que se hizo, me acuerdo.
Llegaron a casa dos docentes a quienes conozco de toda la vida y escuché que hablaban de que había fallecido Kirchner.
Yo me estaba despertando, serían las 10 de la mañana, y no lo podía creer. Llegué al comedor y prendí la tele porque no podía creer lo que comentaban las docentes que estaban realizando el censo.
Me quedé en shock, estuve cambiando de canales sin entender, me llevó más de una hora procesarlo.
Fue un día que viví con angustia y tristeza, que en parte siguen hasta hoy.
La gente estaba acostumbrada a olvidarse rápido de los que sólo dicen.

Néstor plasmó en hechos sus palabras, transformó en realidad los sueños de millones de argentinos. Néstor es justicia social, es esperanza, es dignidad para el Pueblo.
Y como toda verdadera historia de amor no tiene final, porque son eternas.
Eso es Néstor: eternidad en el corazón de millones de argentinas y argentinos.