Una Luz verde que pasa al rojo

ENTREVISTA EXCLUSIVA > María Luz Perlini // En el Día de la Futbolista Argentina, el Club Social y Deportivo Verónica felicitó oficialmente a su jugadora, María Luz Perlini porque ya pasó a formar parte del plantel femenino de fútbol del Club Atlético Independiente. A pesar del aislamiento obligatorio, de la imposibilidad de entrenar activamente en el complejo de Villa Domínico y sus deseos de sumarse ya al club de Avellaneda, la mejor embajadora del deporte puntaindiense sabe que su futuro continuará lejos de estas calles que recorre desde su nacimiento, hace 31 años.

Por Laura Acosta

Hija de una familia que es parte del patrimonio del Verde y merecedora de un cariño que excede a los clubes donde militó (recibe siempre todo el respeto y admiración de sus adversarias, donde sea que vaya) María Luz Perlini supo ganarse con esfuerzo y tenacidad el lugar que hoy detenta.

Mientras creció en Verónica practicó patín, pádel, bochas, handball, tenis, fútbol y voley, y viviendo en Buenos Aires alcanzó a hacer cestoball. Aunque abandonó la raqueta en 2008 el tenis fue lo que más lejos la llevó hasta ahora: llegó a estar cuarta en dobles el ranking nacional de de la AAT y decimoquinta en singles. El auspicio que el Verónica Lawn Tenis y el profesor Gastón Ruggiero le dieron cuando apenas tenía trece años sin duda le marcaron la vida.

«A los 16 años me fui a vivir a una pensión con chicos y chicas del interior que jugábamos al tenis. Vivía de lunes a viernes y me volvía al pueblo cuando no tenía torneo. A los 18 ya me fui a vivir sola a un departamento en Capital, y cuando dejé de jugar porque me quedé sin sponsor, y para mis papás era un esfuerzo muy grande seguir con el tenis, me puse a estudiar. Hice el curso de Guardavidas y daba clases de tenis; terminé el curso y me metí a hacer el profesorado de educación física en el Romero Brest (CABA) porque ya sabía manejarme ahí, estaba alquilando, y era más complicado venirme a La Plata, como generalmente hacen quienes estudian», resume Luz.

Como no viene de ninguna cuna de oro (sus padres ya jubilados fueron empleados del Estado y de una fábrica de velas) «mientras estudiaba seguía laburando en el club Obras Sanitarias dando clases de tenis. Cuando me recibí ya me vine al pueblo y de acá no me voy más», asegura, y sonríe.

-¿Desde cuándo el fútbol? ¿Por qué fútbol?

– Cuando era chica. Acá ya jugábamos cuando estaba el equipo «Las Diablitas». No me acuerdo que año era pero yo tendría unos 12, 13 años; nos dirigía el Corcho (Angueira, su cuñado, hoy DT de la Primera del Club Verónica). Mis hermanos y primos la mayoría eran varones y siempre jugábamos a la pelota.

María Luz jugó -además de en Verónica- en Racing de Bavio, donde las pibas salieron campeonas de la Liga Chascomunense; en Brandsen y en la UNLP. Con ese último grupo salieron campeonas de la Liga Platense, por lo que fue convocada para ir Estudiantes de La Plata. Allí no jugó de 5, como en el Verde, sino que fue comodín. «Pasé por varias posiciones. Jugué de 2, de 4, de 3, de 8 y de 5», rememora la estrella veroniquense, que se siente «más cómoda jugando de 5, pero sé hay que estar en buen estado para cualquier puesto«.

-¿Cómo llega la oferta de Independiente?

– Por medio de la capitana actual de Independiente, Laura Sampedro, con quien compartimos cancha cuando jugábamos para la UNLP y estábamos en la Selección Platense. Le habló de mí al técnico, buscaron vídeos, al DT le gustó como jugaba y me llamó.

– ¿Ya firmaste contrato?

– Si ya firmé. Voy a viajar martes, miércoles y viernes, más el día de partido. Por ahora mandan rutinas y las estoy haciendo acá. Se habla de volver a entrenar el 10 de septiembre, previo hisopado. Pero no tengo nada seguro todavía.

– ¿Te van a pagar?

– Los viáticos. Fue lo único que pedí, para al menos no tener que pagar la nafta de mí bolsillo, cómo lo tuve que hacer todo el año pasado.

– ¿Qué significa el fútbol para vos?

– El fútbol es algo muy importante en lo personal, ya que somos una familia muy futbolera. Y desde chiquita estuve muy cerca de las canchas. Y si bien dejé de jugar al tenis porque me quedé sin sponsor, igual prefiero el fútbol, me gustan más los deportes de conjunto, se disfruta mucho más, al menos en mi caso.

– ¿Qué reflexión te merece que el fútbol hoy sea profesional?

-La verdad que de profesional, tiene poco. Si bien se logró un gran avance, todavía falta muchísimo para que realmente el fútbol sea profesional, un ejemplo es lo referido a lo salarial ¿quién puede vivir de jugar al fútbol profesionalmente?, donde no hay comparación con el fútbol masculino.

Dueña de una personalidad impresionante, esta mujer serena pero firme jamás se vio intimidada por su amor futbolero. «Nunca me sentí discriminada por jugar al fútbol, aunque igual… viste como soy yo, me importa nada lo que digan de mí», ríe.

– ¿Qué significa para vos el Club Verónica?

-Es mí segunda casa, toda una vida ahí adentro. Mí mamá me llevaba desde que estaba en la panza a ver a mis hermanos. Siempre siguiéndolo con la Primera a todos lados, y siempre en los eventos que pudimos participamos. Y me queda una cuenta pendiente, que es salir campeón en el femenino; algo que por un mal arbitraje se nos escapó en 2016.

El club de sus amores no sólo siempre trató de estar a su lado para acompañarla, sino que además la reconoció cada vez que pudo. Una de las últimas distinciones fue con motivo del centenario del club, en 2019, en cuya fiesta fue destacada con el Verde de Oro por su trayectoria deportiva.


María Luz Perlini, en contexto

María Luz es la menor de cuatro hermanos que, cada uno en lo suyo, logró destacarse y convertirse en referente. Emiliano, el mayor, es el secretario de Gobierno y mano derecha del intendente de Punta Indio Hernán YZurieta; Sebastián, el segundo, es chef internacional y cocinó en el Malba y en el Hotel Alvear Palace, entre otros; y María de los Angeles, la otra mujer del grupo es directora y referente del jardín de infantes de La Viruta, además de la esposa del presidente del Concejo Deliberante, David Angueira.


Fotos: Willy Gadea y Laura Acosta.