“El Banco Provincia tiene para ayudarlos y para que Argentina se ponga en marcha”

Sebastián Galmarini, integrante del directorio del Banco Provincia, brindó el 25 de julio una charla vía Zoom y contestó a todas las preguntas de comerciantes y productores de Magdalena. El encuentro virtual fue organizado por el Frente de Todos Magdalena por iniciativa de la concejal Alejandra Irazú y el ex intendente y actual integrante del directorio de Trenes Argentinos, Fernando Carballo.


Sebastián Galmarini, es politólogo, docente universitario y dirigente del Frente Renovador, fuerza que lidera Sergio Massa e integra el Frente de Todos, fue senador provincial y actualmente es director del Banco Provincia, nombrado en enero de 2019 en representación de la oposición todavía bajo la gobernación de María Eugenia Vidal.

El sábado 25 de julio en un encuentro abierto con comerciantes, productores y emprendedores de Magdalena ofreció un panorama sobre la economía nacional desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández y la situación en el contexto de la cuarentena por el Covid-19. Luego desplegó las iniciativas impulsadas desde la gobernación de Axel Kicillof y la institución bancaria oficial de la Provincia de Buenos Aires para asistir a comerciantes, industriales, productores y emprendedores en el marco de una recesión pronunciada por más de 30 meses y agudizada por la paralización o baja abrupta de las actividades a causa del coronavirus.

El director de Banco Provincia respondió luego a cada una de las inquietudes de los cerca de 30 comerciantes que participaron del encuentro virtual. InformadorMgd transcribe a continuación la exposición inicial de Galmarini junto con las palabras de los organizadores.


SEBASTIÁN GALMARINI:
Entiendo que para hablar de lo que estamos haciendo desde el Banco de la Provincia y desde lo que podemos hacer, requiere previamente poner en contexto la situación económica, que conocen tanto o más que yo, pero vale la pena que lo charlemos: la Argentina está atravesando durante esta pandemia ahora en periodo de salida de la cuarentena una de las crisis económicas más grandes desde que se tenga registro, yo diría que es más profunda y más compleja que lo que vivió el mundo allá por 1930. Las primeras evaluaciones de lo que fue el impacto de la pandemia a nivel mundial -han salido cifras, números, evaluaciones y algunas proyecciones de organismos internacionales- lo que muestran es que la pandemia y el distinto grado que ha atravesado cada uno de los países y los estados respecto de cómo enfrentaron el virus ha tenido efectos muy dispares, la pandemia pegó de manera muy diferente de acuerdo a la situación regional, el momento en que llegó el virus y obviamente en relación al grado de conectividad que tiene la economía respecto de sus principales socios comerciales.

En nuestro caso pega muy duro básicamente por la mala situación que está atravesando Brasil y entonces lo que vale la pena señalar que se estableció en nuestro país un falso dilema entre salud y economía. Hace pocos días el Fondo Monetario después la CEPAL, hace menos días el Banco Mundial, todos dan cifras respecto de cuáles son los impactos de las distintas cuarentenas y cuáles son las proyecciones de la economía de los distintos países a lo largo del mundo y lo que uno puede ver es que es muy dispar respecto de la caída. Para poner un ejemplo, la caída de México respecto de su PBI es mucho más grande de la que va a tener la Argentina, a pesar que en el caso de México no ha habido una cuarentena con el nivel de restricciones que ha tenido la Argentina. Algo similar le está pasando a países como Perú, que venía con una tasa de crecimiento muy grande y a pesar de no haber tenidos medidas de restricción como ha tenido la Argentina en estos últimos 4 meses, la caída es mayor.

Entonces lo que quiero decir es que efectivamente es un falso dilema, no es la cuarentena sino que es la pandemia, es la salud, pero además está mucho más vinculado a lo que está pasando con nuestros socios comerciales, en el caso de Argentina es Brasil, donde no solamente sus dos principales estados (provinciales) consumidores de nuestros productos tienen prácticamente cerrados sus puertos, como es el caso de San Pablo y Río de Janeiro, sino que además gran parte del comercio internacional está parado, diría yo, por lo que es el principal motivo del desastre económico, que es la incertidumbre.

Ustedes como comerciantes como productores como industriales conocen muy bien: nadie sabe cuándo vas a reabrir y cuando abras si vas a poder trabajar y cuánto vas a vender. Entonces nadie puede seriamente decirte “quedate tranquilo que abrimos la semana que viene y todo va a estar fenómeno”. Ese nivel de incertidumbre es el que la economía no está tolerando. Entonces se ve, no solamente en la caída de la actividad, del consumo y de todos los indicadores mayoristas y minoristas, sino que además está pegando fuerte en todas las bolsas y todos los índices de confianza que ustedes quieran analizar.

Ese contexto es el que la Argentina encuentra con una crisis recesiva que ya lleva 30 meses, es decir, a todos los que están sufriendo: comerciantes, industriales, distintos sectores de las actividades, -y vamos a ver en una segunda conclusión del análisis de esta coyuntura macroeconómica-, les que pegó de manera muy diferente de acuerdo al sector en el que cada uno esté inserto. No es lo mismo lo que pasa en el sector agropecuario industrial que en un comercio en el centro de Magdalena, o en una empresa textil de San Martín o una fábrica metalúrgica de 3 de Febrero, en el conurbano. Está pegando de manera muy diferente de acuerdo a distintas variables.

Entonces ese nivel de incertidumbre, ese segundo elemento de disparidad, es lo que a la Argentina le está haciendo mayor daño, atento a que aquí la pandemia llegó al final de ese derrotero que tuvo empezando por China, pasando por Europa, llegando América del Norte y bajando hacia el sur, digo, por buscar un camino que en ningún sentido es lineal. Pero lo que quiero decir que a la Argentina llegó cuando todas las economías del mundo estaban golpeadas, con lo cual a una Argentina que ya traía una crisis recesiva de 30 meses que además, ustedes recordarán, pasada la elección primaria del año pasado, el 12 de agosto para ser precisos, hubo una devaluación de la moneda de casi 100% lo que generó un rebrote inflacionario para fines del año pasado, si quieren le sumamos el efecto estacional del verano, lo que encontramos es la tormenta perfecta.

En ese contexto, en esa tormenta perfecta, arranca este nuevo gobierno, esta nueva etapa en la Argentina. Lo primero creo que hay que mirar es que el gobierno intentó apenas asumió tener una inversión de la política macroeconómica bajando tasas, ustedes recuerden que la tasa de política económica, la Leliq, estaba en  80 puntos septiembre-octubre del año pasado, hoy está en 38, con lo cual hubo una baja de la tasa de interés de manera sistemática y un intento desde el minuto cero de cambiar el eje de la política económica, saliendo de una dinámica financiera y pasando a una dinámica más comercial y productiva.

Dicho esto, nosotros desde el Banco atravesamos, diría yo, 3 etapas: una primera etapa que fue el momento de asunción, que fue con el cambio de la gestión de gobierno, cambio de instrumentos: lo que nosotros llamamos el programa REPYME, que intentó básicamente con 4 instrumentos ayudar a poner en marcha todo el tejido productivo pyme, micro pyme e industrial de la provincia; por un lado con una baja importante en la tasa de descuento de cheques, todos ustedes saben que en las pequeñas industrias y en los comercios se usa mucho el cheque y el descuento es la posibilidad de hacerte de efectivo y posdatar lo pagos, es una herramienta muy importante; el segundo elemento que utilizamos en ese momento por pedido del gobernador fue una baja importante, hasta 20 puntos, de la tasa de interés para la refinanciación de deudas, es decir todos aquellos que venían muy endeudados y golpeados por la inflación y por la devaluación, que puedan refinanciar la deuda para des asfixiarse; el tercer elemento que planteamos en ese momento, en el cambio de la gestión, fue tener líneas de crédito para capital de trabajo. Muchas empresas con la caída de la actividad se estaban comiendo stock, estaban vendiendo y no estaban ni produciendo ni comprando para poder seguir generando actividad, entonces bajamos la tasa en aquel momento al 28 %, hoy está en el 24%. y con esos instrumentos en los primeros dos o tres meses de gobierno financiamos cerca de 25 mil millones de pesos alrededor de todo el tejido productivo en la provinciaInmediatamente después vino la pandemia, a principios de marzo, y ya el 20 de marzo se establece el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Ahí ya viene lo que nosotros llamamos una segunda etapa, que estuvo inicialmente vinculada al cierre de las actividades y donde el cuarto instrumento de esos primeros dos o tres meses o “producto estrella”, si se le puede llamar así, fue el pago de salarios. Junto con los instrumentos dispuestos por el gobierno nacional, el IFE y el ATP, con el cual se financiaron comercios, autónomos o empresas para el pago de la mitad de los salarios, lo que nosotros establecimos en ese momento, días antes de la cuarentena del 20 de marzo, fue la posibilidad de tener un descubierto en cuenta corriente al 24 % para poder pagar salarios, esto fue incluso antes de la política que llevó adelante el Banco Central. Ese producto se transformó obviamente en una herramienta muy necesaria, habida cuenta que ustedes se acordarán que hubo más de 20 días cierre estricto de toda actividad, sobre todo en los municipios más cercanos al AMBA.

Después eso fue variando a lo largo de la provincia, a lo largo del país, en cada lugar, en cada municipio, se fue generando una dinámica distinta respecto de qué le pasaba al comercio, qué le pasaba a la actividad productiva, etc. Ustedes recuerdan que se fueron flexibilizando industrias, permitiendo la apertura con ciertos protocolos, la actividad agropecuaria que nunca cerró.

De modo que podríamos decir ese proceso que se vio, en esta segunda etapa, durante la cuarentena más rígida, si bien todavía no salimos, yo diría que estamos en una tercera etapa, lo que intentamos fue generar un puente, un link, entre el momento inicial, que ya era malo, para que puedan atravesar una cuarentena, entonces en ese momento establecimos junto con el descubierto en cuenta corriente un plazo de gracia de 90 días, pensamos inicialmente que en ese plazo podría tender a normalizarse la situación.

No hace falta decir que no estuvimos demasiado acertados, pero que efectivamente una vez que se venciera ese plazo estábamos pensando en establecer mecanismos de negociación de acuerdo a cómo se iban reabriendo los distintos sectores, de acuerdo al tipo de producto, el tipo de línea que habían accedido. Entonces lo primero que nos viene en esta tercer etapa, diría en la etapa más actual, es un poco llevar adelante este tipo de diálogo, estas conversaciones que tiendan ya a pensar qué tipos de instrumento de financiación requiere cada uno de los sectores de la economía y pongo un ejemplo para que se entienda bien: probablemente ustedes que son comerciantes si bien no tienen el nivel de ventas que tenían en diciembre del año pasado me pueden decir “yo estoy trabajando y por lo pronto me da para sostener el pago de impuestos, pagar salarios y tener algún ingreso”, ahora en algunos sectores de la actividad como el turismo, siguen cerrados los hoteles, y nadie puede efectivamente decir cuándo van a volver a abrir, nadie puede establecer un parámetro certero de si vamos a poder ir a la costa, de cuándo se va a reabrir, cuál va a ser el nivel de apertura que tendrá. Con lo cual en esta etapa que estamos transitando estamos pensando en financiaciones que tengan más que ver con cada uno de los sectores y cuál es el escenario que le toque atravesar.

No alcanza con establecer una línea general por varias razones, una por la productiva que decíamos recién y otra además porque llegan con distintos niveles de asfixia financiera, muchas empresas, pymes, micropymes, muchos comercios, ya están endeudados hasta arriba y ya no tienen capacidad de financiamiento. Entonces lo que estamos pensando es cómo generamos mecanismos para que podamos hacer que esa rueda se ponga otra vez en marcha y en todo caso cuando la actividad se abra de manera definitiva encontremos instrumentos adecuados para cada una de las actividades.

Un poco ese es el marco general y lo que me gustaría ahora es que podamos charlar un poco qué le pasa a cada uno de los sectores, además para que me ayuden a establecer un vínculo más sencillo, en general en todas las charlas digo lo mismo yo no lo siento como una ayuda exquisita que estamos dando sino como parte de mi rol, lo siento como un compromiso, como una responsabilidad ya desde que Fernando (Carballo) me lo propuso y vos Alejandra (Irazu) también estabas interesada, que los comerciantes y las cámaras estaban interesados en tener un contacto directo, a mi me parece que eso es central, es fundamental en una etapa, a los fines de hacerlo lo más eficiente posible, siempre que se abre la charla aparecen necesidades  de distintos sectores, desde artesanos, productores, micropymes o emprendimientos que se están lanzando o reconversiones, hasta negocio que están ya establecidos, lo que les propongo como herramienta es que dejo mi mail oficial y me comprometo a entender, a ayudar y sacarles todas las dudas, en todos los casos, para un mayor nivel de detalle.

ALEJANDRA IRAZÚ:
Muchas gracias Sebastián por este contacto directo. Yo en lo personal estoy muy contenta y hay aquí muchos comerciantes que representan a diferentes rubros de Magdalena, también de Bavio y Punta Indio. Quedamos a disposición de todos participantes para transmitirle a Sebastián cualquier inquietud. En nombre de todos los presentes te agradezco por tu tiempo, por la generosidad, por la apertura para dar  respuestas y por recibir también los reclamos. Así que ojalá podamos seguir teniendo más encuentros porque ha sido muy positivo, sobre todo generar estas oportunidades para los vecinos de Magdalena.

FERNANDO CARBALLO:
Gracias a todos por participar y a Sebastián por estar dispuesto un sábado para charlar con nosotros. Yo recuerdo que en la crisis del 2001-2002 trabajaba en el Banco y era más el trabajo y los trámites de pasar gente a mora que de dar tarjetas. Todos los días pasábamos gente a mora, a mora, a mora… era como algo habitual. Pasado un tiempo de esa situación, siete u ocho meses, la Argentina pudo reencauzar de nuevo su economía y pasado un año ya la mayoría de los clientes del sistema financiero estaban bastante ordenados. El Banco provincia tiene una situación particular, es la institución que más financia al sector privado, junto con el Banco Nación. Y a su vez es el que más servicios brinda, porque también se hace cargo junto con el Nación y algún otro banco, de mushísimas de las situaciones de pago que el Estado brinda con las asignaciones a los vecinos de la provincia. Así que esa situación de incomodidad de muchos clientes, de que no es habitual en un banco privado el tiempo que se tarda en atenderlos, responde a que tampoco es habitual la función social que cumple el Banco Provincia en los bancos privados. Es decir que alguien en el sistema financiero se tiene que hacer cargo de lo que el Estado brinda a la sociedad y ese alguien son el Banco Provincia y el Banco Nación. Yo escucho atentamente a los comerciantes y escucho a Sebastián y sé que es una situación difícil, sabemos todos eso. Pero también vivimos en los últimos años situaciones con otras características pero de profunda gravedad y con mucha crisis, y yo creo que la Argentina en general siempre encuentra un cauce. En los momentos difíciles hay que tener tranquilidad y que la situación que está pasando cada uno tiene que estar con la conciencia de dar todo lo mejor de sí. Porque hay cosas que no dependen de nosotros, ni la pandemia, ni la crisis internacional, e intentar cambiarlas es casi imposible. Pero sí hay que dar lo mejor de sí y estar tranquilo con eso. Por eso soy optimista en el mediano y largo plazo y también me encanta escucharlos, para eso organizamos esta charla con Sebastián, con quien me une un trabajo de años en el Senado, y también nos vincula el trabajo en el Banco, así que me consta que les va a contestar a cada consulta que le envíen. Así que quería agradecerles por participar de este encuentro.

SEBASTIÁN GALMARINI:
Gracias Fernando. Quisiera agregar una cosa para terminar con la discusión más macroeconómica, Fer, y es que yo quiero dejar también un mensaje de optimismo, la Argentina llegó hasta acá con unos niveles de recesión, inflación y devaluación casi sin parangón y hablábamos de una tormenta perfecta. También es cierto que la Argentina tiene una oportunidad y que el gobierno está aprovechando, que es centralmente la posibilidad de desasfixiar la economía nacional a partir de la reestructuración de la deuda con los tenedores de bonos privados y con los organismos internacionales, lo que puede significar una enorme posibilidad para la pospandemia de financiar a un montón de sectores. Ya se está hablando de un plan de obra pública, de un plan de viviendas, poner en marcha ese proceso puede hacer que la Argentina no tenga una caída y una crisis brutal como la que tuvo y una salida en “L”, sino una salida en “V”, que toque fondo y que rápidamente se ponga otra vez en marcha. Ustedes conocen más que yo, Fernando decía muy bien lo que ha pasado en Argentina en 2001 y 2002 y recordarán que para el 2003 estábamos creciendo en un contexto distinto y a tasas altísimas.

Yo también, a pesar de contar lo difícil que la estamos pasando y lo complejo que va a ser atravesar toda esta crisis, decirles que tenemos margen, que no vamos a tener ninguna de las corridas ni las situaciones que atravesamos allá por el 2001, que el Banco está muy sólido y que tenemos un nivel de reservas muy alto, que tenemos todos los límites de contingencia evaluados para que el banco pueda responder ante cualquier circunstancia y que además tenemos muchísima liquidez para ayudarlos y para aportar a que la Argentina rápidamente se ponga en marcha y hacer crecer los negocios.