Un nuevo Atlanticazo, con críticas a Shell y Equinor, luego del fracaso en el «pozo Argerich»

Con críticas al desarrollo de la nueva audiencia pública para la aprobación de un proyecto sísmico de Shell en los denominados Bloques CAN 107 y 109, el jueves 4 de julio se realizó un nuevo Atlanticazo en Mar del Plata, una movilización que, al igual que en otras comunidades costeras, sigue manifestando su rechazo a la expansión petrolera en la costa bonaerense por sus graves implicancias ambientales pero también económicas por la participación de capitales extranjeros y lo que consideran una falsa promesa de desarrollo nacional.

Luego de los resultados negativos de la perforación exploratoria del CAN 100 en el denominado «pozo Argerich», el miércoles 3 se llevó a cabo a instancias de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación la audiencia pública sobre la nueva exploración encabezada por Shell, organizada para cumplir formalmente con los requerimientos del Acuerdo de Escazú. Las opiniones vertidas allí por parte de los casi 300 inscriptos fueron en su mayoría de rechazo, aunque no serán vinculantes.

Equinor, YPF y Shell anunciaron que la perforación del primer pozo exploratorio en aguas ultraprofundas en Argentina dio “seco”. Este pozo, Argerich X-1, tenía como objetivo establecer la existencia, cantidad y calidad de hidrocarburos en el subsuelo marino. Las asambleas y organizaciones de la costa Atlántica, agrupadas en la Red de Comunidades Costeras, celebraron el mal resultado pero advirtieron que siguen alertas. “Sabemos que un pozo exploratorio seco está dentro de las posibilidades que manejan las empresas antes de tener un resultado positivo y definir si hay un yacimiento comercialmente extraíble. Por eso, advertimos que hay posibilidades de que sigan realizando pozos exploratorios y dañando el mar en búsqueda del tan preciado oro negro”, expresaron en un comunicado.  

La audiencia pública del 3 de julio fue encabezada por el secretario Daniel Scioli y comenzó con una exposición de la empresa Shell y sus socios en torno al estudio de impacto ambiental en cuestión, y contó con voces a favor principalmente vinculadas a la industria petrolera.

Por ejemplo, Marcelo Guiscardo del Clúster de Energía de Mar del Plata, expresó su visión favorable y tras lo que fue la experiencia del pozo Argerich, ya calificó al de Mar del Plata como un “puerto offshore”. Incluso, también se manifestaron de manera favorable representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA).

En rechazo se manifestaron la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) -impulsora de medidas judiciales contra las petroleras- y Gustavo Huici, de la organización Surfrider. También manifestaron su oposición desde el Instituto de Conservación de Ballenas, haciendo foco en el impacto que tendría sobre la fauna pero también haciendo énfasis en que se trata de un proyecto más cercano a las otras sísmicas llevadas adelante frente a Mar del Plata.

El proyecto que espera por una Declaración de Impacto Ambiental por parte de la Secretaría para su concreción, consta de la adquisición de datos sobre la posible presencia de hidrocarburos debajo del lecho marino, para lo cual se realizarán registros mediante exploración sísmica 3D, es decir, el bombardeo sonoro del fondo del mar para recolectar datos geológicos. Los bloques en cuestión -CAN 107 y CAN 109- poseen una superficie aproximada de 8.341,35 y 7.873,93 kilómetros y se encuentran dentro de la “Zona económica exclusiva argentina”, a unos 198 kilómetros de Mar del Plata.

Se trata, en suma, de un proyecto de similares características a los ya realizados sobre los bloques marinos CAN 100, 108, 114 y 102, aunque con la particularidad de que, a diferencia de los anteriores que promediaban los 300 kilómetros de distancia de la costa marplatense, en este caso es de menos de 200 kilómetros.

Shell en el blanco de las críticas

Tres causas judiciales resumen la responsabilidad del gigante petrolero Shell. En primer lugar, el del derrame en Magdalena, localidad ribereña de la provincia de Buenos Aires severamente afectada en 1999 por un vertido de crudo ocasionado por el choque de un barco petrolero de la compañía. Un caso de injusticia ambiental en el ámbito local. 

En segundo lugar, la que la condena como principal responsable de violaciones sistemáticas de los derechos humanos de poblaciones y comunidades del delta del río Níger, en Nigeria. Este paradigmático caso fue llevado a las cortes europeas y, en 2021, el Tribunal de La Haya falló que la compañía era responsable de la falta de control de sus operaciones en la región y que estas falencias condujeron a que se generen miles de derrames, emanaciones, venteos y una degradación de todo tipo en la forma de vida de las poblaciones del lugar. 

La última tiene que ver con la condena por su responsabilidad en el cambio climático. La Justicia de Países Bajos le ordenó disminuir un 45% sus emisiones de dióxido de carbono para 2030. El juicio aportó evidencias contundentes de que la petrolera conocía los efectos globales y acumulados del modelo de quema de combustibles fósiles y que, en lugar de impulsar procesos de largo plazo para evitar la crisis climática actual, decidió mantener un esquema de negocios que la transformó en una de las compañías más grandes del planeta sin importar los riesgos asociados.

Estos antecedentes de destrucción ambiental de Shell dentro y fuera de Argentina dan cuenta del riesgo que constituye la compañía que está avanzando sus planes para expandir la frontera hidrocarburífera en el Mar Argentino. 

Fuentes: QuéDigital, OPSur
Foto: QuéDigital