A setenta años del bombardeo de la aviación naval militar del 16 de junio de 1955 sobre la población de la ciudad de Buenos Aires, la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), con sede en La Plata, produjo una historieta a partir del cuento «La pieza perfecta«, del arquitecto y escritor magdalenense Pablo Briguez. El relato original, publicado por primera vez hace exactamente 5 años en InformadorMgd, está basado en una historia real protagonizada por un tornero civil en la Base Aeronaval de Punta Indio. La iniciativa de publicar el comic en formato tabloide, y cuya realización corrió por cuenta del artista gráfico platense Juan Bertola, fue del propio coordinador general de la CPM, el abogado y psicólogo social veroniquense Roberto Cipriano García, que contactó a Briguez para pedirle autorización para utilizar el texto en un material conmemorativo de difusión.
Por José Luis Meirás
Pablo Briguez hoy siente el olor a papel y tinta de la edición impresa de «Muerte en el Puente Román y otros cuentos«, su segundo libro, que vio la luz a fines de abril pasado. El volumen incluye «La pieza perfecta«, un relato escrito hace más de un lustro, cuando cerca de cumplirse 65 años del criminal intento golpista, previo al finalmente consumado con la autodenominada Revolución Libertadora, recordó una historia que le relatara Héctor Agustín «Vasco» Olasaguirre, un vecino de Verónica que conoció antes de la pandemia a través de su cercana amistad con una de sus hijas. Olasaguirre, fallecido en 2022, había trabajado como tornero en la Base en la misma época que los aviones de la marina de guerra partieron de allí para lanzar su carga mortal sobre la población indefensa que hacía su vida en la zona de Plaza de Mayo y sus alrededores. Un día, en 2018 o 2019, en una sobremesa en la que ambos hombres habían quedado solos, el Vasco relató una historia que había mantenido casi en secreto durante décadas. En 2020 Pablo publicó por primera vez en este medio su cuento sobre los sucesos de 1955.
El cuento llegó a oídos de Roberto Cipriano García, otro veroniquense, coordinador general de la CPM, a la sazón también ex trabajador civil en la Base Aeronaval, quien se enteró por un amigo que había presenciado su lectura por boca de Pablo Briguez, durante la inauguración, hace un par de meses, del Centro Cultural «La Casita de Olga» en Magdalena.
Las casualidades, y causalidades, se fueron sucediendo: Cipriano se comunicó con Briguez para pedirle permiso para publicar el cuento, también le contó que de muy joven había compartido el mismo lugar de trabajo con el veterano tornero y que además era amigo de sus hijos. Pablo autorizó el uso del cuento, que para su sorpresa fue llevado al formato de historieta por otro viejo conocido, el dibujante y grabador Juan Bertola, con quien había compartido sus primeros trabajos como arquitecto recién salido de la UNLP.
Esta mañana Roberto Cipriano se comunicó con Pablo, junto con el saludo por el Día del Padre, le dijo que “la historieta la imprimimos con la idea de pegarla en paredes en Verónica, abrocharla en árboles, carteleras de las escuelas, repartirla a vecinos. Eso se va a estar haciendo mañana, pero iban a empezar hoy a distribuirlo, como para generar debates también en la comunidad”.
Y agregó: “Quería agradecerte este rescate de las memorias de los vencidos. Porque un poco el sentido es ese. Siempre la memoria es la de los vencedores, y la memoria de los vencidos, esto lo decía Walter Benjamin, se va constituyendo también de aquello que pudo ser y no fue. De aquello que imaginan que podría haber sido o que hubiera pasado si hubiera sido de otra manera. Y me parece que esto que le pasó al Vasco encaja perfectamente ahí”.
