Con todos los bloques divididos, la Cámara Alta logró, después de varios meses, rechazar por mayoría los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para ocupar vacantes en la Corte Suprema de Justicia. El oficialismo necesitaba 48 votos para confirmar a los magistrados propuestos por el presidente Javier Milei a través de un DNU, pero no alcanzó el respaldo necesario.
La postulación del juez Ariel Lijo obtuvo 27 votos a favor, 43 en contra y una abstención, mientras que García Mansilla fue rechazado con 51 votos negativos y solo 20 positivos.
El debate comenzó pasadas las 16 horas, luego de que un acuerdo con dos senadores del PRO y dos de la UCR permitiera al bloque de Unión por la Patria alcanzar 38 legisladores presentes y habilitar la sesión para rechazar los pliegos. La reunión fue presidida por el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, ya que la vicepresidenta Victoria Villarruel se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo.
Durante la discusión, la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti lanzó una dura acusación: “Hay senadores y diputados comprados por el gobierno”. Además, cuestionó las presuntas presiones del oficialismo: “El Poder Ejecutivo debe dejar de intentar doblegar la voluntad de quienes pensamos distinto. El problema es de los senadores que se dejan comprar”, advirtió, y agregó: “Voy a denunciar a cada legislador que se preste a este juego”.
Santiago Caputo logró plegar a la mayor parte de la UCR y a las fuerzas provinciales, pero no fue suficiente. Con ayuda de Mauricio Macri, los radicales Pablo Blanco y Martín Lousteau, y un herido exlibertario, Francisco Paoltroni, la cámara alta terminó de hundir, así, la estrategia que el asesor todoterreno trazó junto a Sebastian Amerio, hace más de un año.