Salvaje represión contra manifestantes en la marcha de jubilados

Diversas hinchadas de fútbol, gremios y agrupaciones políticas se sumaron para apoyar el reclamo de los jubilados hoy frente al Congreso Nacional. La respuesta desde el gobierno nacional fue la represión, que se desató apenas empezaba la concentración. La Gendarmería y la Policía Federal emplearon gases lacrimógenos, balas de goma y camiones hidrantes para dispersar a los manifestantes. Como resultado, se registraron varios heridos y detenidos.

Los jubilados, que llevan a cabo protestas los miércoles a las 17 horas, estuvieron esta vez acompañados por diversos sectores sociales y políticos. Entre ellos se encontraban los mencionados grupos de hinchas, la Confederación General del Trabajo (CGT) y varias agrupaciones políticas, que se unieron al reclamo de los jubilados.

Debido a la violencia de la represión, personal del SAME y de la Cruz Roja prestó asistencia a los manifestantes que sufrieron heridas por el uso de gas pimienta y los chorros de agua de los camiones hidrantes. La Policía Federal también detuvo a varias personas durante los enfrentamientos, incluidos algunos periodistas.

Varios diputados de los bloques de Unión por la Patria (UP) y el Frente de Izquierda (FIT) salieron de la sesión de la Cámara baja para acompañar a los manifestantes. Entre ellos estaban Gisela Marziotta, Leandro Santoro, Itai Hagman, Natalia Zaracho, Juan Marino, Eduardo Valdés, Julia Strada, Rodolfo Tailhade, Pablo Yedlin y Paula Penacca, por la coalición oficialista, mientras que del FIT se sumaron Vanina Biasi y Esteban Paulón, de Encuentro Federal.

Los jubilados se movilizaron para exigir la prórroga de la moratoria previsional, así como la restitución total de los medicamentos del PAMI, entre otras demandas. Mientras tanto, en la Avenida Rivadavia, el tránsito permaneció bloqueado y los enfrentamientos continuaron a lo largo de la tarde.

Muchos manifestantes se prepararon para los disturbios llevando en sus mochilas vinagre, limón y, en algunos casos, leche, sabiendo que los gases lacrimógenos serían utilizados por las fuerzas de seguridad. Mujeres, hombres mayores y jóvenes, de todas las edades, se encontraban allí con la esperanza de hacer oír sus reclamos, a pesar de la represión inminente.