Granitos de Arena, un libro sobre realidades sociales escrito por un preso en Magdalena

Una persona privada de la libertad de una cárcel bonaerense de Magdalena escribió un libro con cuentos sobre problemáticas como la depresión, las adicciones y la discriminación. La escritura surgió luego de su participación en una charla brindada por el padre de Micaela García.

La experiencia literaria tuvo lugar en la Unidad 36 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tras una serie de talleres y cursos, entre ellos el de Deconstruyendo Masculinidades, impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. El libro titulado “Lo importante que somos como Granitos de Arena” fue escrito por Hugo, un interno que lleva dos años y medio privado de la libertad por un robo.

Hugo participó en febrero del año pasado de una charla brindada por los padres de Micaela donde se lo animó a transformar el dolor en algo para cambiar a la sociedad para mejor.

“Esa frase me quedó y me di cuenta que como yo muchos sufren dolores en silencio y que una manera de ayudar era escucharlos y escribir relatos para ayudarlos y ayudarme”, explicó Hugo.

Vanesa Durso, coordinadora de cultura de la Unidad 36 y ella cumplió un rol central en la realización del libro. “Te voy a dar un desafío”, le había dicho a Hugo, luego de percibir su interés en ayudar en el curso de Deconstruyendo Masculinidades.

Hugo participó de actividades de arte y talleres de escritura y se largó a escribir en un cuaderno relatos cuyos disparadores fueron charlas con sus pares.

Así fue que escribió nueve cuentos breves con los siguientes títulos y temáticas: Avda. Rivadavia (maltratos), Por aquellos ojos tiernos (superación de depresión), Estupidez humana (discriminación sexual), Perdiendo el rumbo (depresión), El sol no salía (violencia de género), Amar es una puerta rota (familias rotas), Cobardes celebrando (bullying y tristeza), Sensación de pertenecer (discriminación) y En la oscuridad (adición).

Una copia de los manuscritos de los cuentos se llevó la familia de Hugo y una editorial imprimió un ejemplar.

“Me capacito a diario en el taller de escritura creativa y luego de trabajar tengo tiempo para escribir. Acá en la cárcel afloran muchos sentimientos fuertes”, afirmó Hugo.

“La experiencia de Hugo fue un factor multiplicador. Los otros internos también desarrollan actividades artísticas y culturales. Y todo eso fomenta un clima de convivencia sana en esta etapa del cumplimiento de las penas”, sostuvo la funcionaria penitenciaria.

La génesis de la Ley Micaela

Micaela García tenía 21 años cuando en abril de 2017 fue víctima de un femicidio. Era una joven con cientos de proyectos, con una vida que abrazaba a su comunidad, con compromiso por los derechos humanos, con la realidad que la rodeaba y con el valor de la vida.

La conmoción social del hecho y la violencia institucional que develó, en el marco de las movilizaciones del “Ni Una Menos” y debates emergentes como producto de las luchas sociales y cambios socioculturales, dieron fuerza a demandas históricas que exigían reconfiguraciones con fuerte dimensión institucional, que pusieran en primer plano la necesidad de capacitación en perspectiva de género a los organismos del Estado y a todos los agentes que lo conforman en sus distintos niveles y jerarquías, todo articulado bajo la Ley Micaela.