Kicillof se solidarizó con el arzobispo platense y habló de «campaña de desinformación»

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se comunicó con el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, para solidarizarse por la «burda campaña de desinformación de la que está siendo víctima», luego de que el prelado publicara una carta en la que desmintió «haberse revelado» contra el pase sanitario que rige desde ayer en territorio bonaerense. «Me comuniqué con el Arzobispo de La Plata Manuel Fernández por la burda campaña de desinformación de la que está siendo víctima. Mientras algunos se dedican a sembrar desánimo y malestar, desde el Gobierno de la Provincia seguimos trabajando para cuidar a las y los bonaerenses», dijo el gobernador en su cuenta de Twitter.

Los dichos de Kicillof responden a una carta que ayer publicó Fernández en la que aclaró no oponerse a las medidas que anunció el gobierno en materia sanitaria y consideró «una barbaridad» el pretender mostrarlo en una postura de rebeldía contra el pase sanitario que rige en la provincia de Buenos Aires para poder acceder a actividades culturales, deportivas, religiosas y recreativas en espacios cerrados.

En ese mismo tono, hoy el arzobispo de La Plata afirmó que «hay gente muy violenta contra la vacunación» que ha llegado a insultarlo, se expresó de acuerdo con la inoculación contra el coronavirus y reiteró que no se opone al pase sanitario.

«No ignoro que hay gente muy violenta contra la vacunación, con teorías indemostrables», dijo el arzobispo al referirse a quienes resisten a la campaña de vacunación contra el coronavirus, en declaraciones realizadas a Radio Télam.

Fernández dijo que en estos días, tras conocerse una reunión que mantuvo en Casa de Gobierno recibió cuestionamientos por parte de un sector que descree de las vacunas y denunció: «Me han insultado en estos días, tratándome de ingenuo, de corto de cabeza, de cobarde, con un nivel de bronca y de desprecio que pocas veces he sentido en mi vida». Ante esta coyuntura, el religioso contrapuso: «El Papa dice que vacunarse es un acto de amor, de cuidado».

En ese punto, comentó que algunos creyentes incluso lo han tratado de ateo o «de falso creyente», al considerar que «si uno cree no tiene que temerle a la enfermedad, por lo tanto, no necesita vacunarse».

«Como si vacunarse fuera una afrenta, una falta de confianza en Dios”, agregó.

En ese punto, agregó: «A esta irracionalidad ya la rechazó el mismo Jesús: Hay una escena del Evangelio donde el demonio lo tienta a Jesús y le dice arrójate al abismo porque vos tenés que confiar que tu padre Dios te va a salvar. Jesús no lo hace y le responde: No tentarás al Señor, tu Dios. Fíjense qué racionalidad hay en esta respuesta. No puedo exigirle a Dios lo que tengo que hacer yo, que me cuide, si me expongo imprudentemente», completó.

El arzobispo aclaró que si bien tiene su postura, no cree «por qué estar opinando de una cuestión técnica de libre discusión en la sociedad».

«Posiblemente otros obispos piensen distinto de lo que yo pueda decir, pero no creo que nosotros tengamos que estar opinando sobre estos temas, no somos especialistas, es algo que deberán debatir quienes tienen capacitación para estos temas, incluso los políticos», señaló.

Agregó de inmediato: «Por otro lado, prefiero opinar poco, lo menos posible de asuntos que no son de mi especialidad».

Sobre su paso por la sede gubernamental de La Plata y el punto del pase libre en eventos masivos que también debe aplicarse en ceremonias religiosas, manifestó: «De lo único que hemos hablado un grupito de obispos en la gobernación es sobre la dificultad práctica y logística que tenemos en el caso de las misas».

«Tuvimos una reunión sumamente amable con la señora (Cristina) Álvarez Rodríguez (ministra de Gobierno) y Mario Porto y ellos reconocían la dificultad, no es lo mismo en un recital, en un gran espectáculo de rock donde si no te dejan entrar porque no tenés el certificado de vacunación, eso no crea un problema comunitario”, describió.

Apuntó que “en cambio, en un grupo cristiano, en una comunidad, en una capilla, si vos ponés a una persona a controlar quién entra y quién no a una misa estamos creando un problema comunitario».

En esa línea, dijo que tampoco la Iglesia tiene «gente capacitada como para hacer este tipo de control, con la capacidad de reaccionar adecuadamente, de ponerse firme, de evitar un conflicto» y que por eso, «el planteo era de este orden y fue comprendido”.