La escritora y artista gallega Loli Beloso nos envió este texto que escribió al conmemorarse el centenario de su amiga Carmen «Mimina» Arias de Castro.
«ALOUMIÑOS» DE MIMINA PARA ISAAC, GALICIA Y MAGDALENA
Hermosa, solidaria, luchadora, tierna, maravillosa artista…así era Carmen Arias de Castro a la que cariñosamente llamábamos “Mimina”, esta ilustre gallega fue un pilar fundamental en la obra de su marido, el también magnífico creador Isaac Díaz Pardo.
Mimina nació el 15 Abril de 1921 en la Coruña, con motivo de su centenario quiero regalarle un cálido ramo no de flores sino de palabras, ya que ella me brindó su amistad y me recibía en su casa del Castro colmándome de amor pero no sólo a mi a todos. Su obsesión era que todo aquel que se acercaba a ella se sintiese bien y lo conseguía porque su corazón era un enjambre de lindas emociones que sabía transmitir llevándonos a un cielo sembrado de estrellas palpitantes de ilusión y cariño.
Con entusiasmo voy a contar algo que en su día me confesó Mimina: “Tenía 9 años e Isaac 10 cuando nos conocimos en el taller de pintura de su tia Lolita (Dolores Díaz Baliño). Se me iluminaba la cara cuando lo veía, mi corazón palpitaba desbocado cuando estaba a su lado. Teníamos mucho en común, nos apasionaba la pintura, amábamos a Galicia. ¡ En fin! Me sentía plena de estremecedoras emociones. Había encontrado a mi joya especial. Era mi talismán que me hacía olvidarme del mundo. Dentro de mi algo me decía que en un futuro íbamos a caminar de la mano, haciendo cosas buenas por nuestra tierra. Con 16 primaveras él y yo 15 nos hicimos novios. Mi padre no veía con buenos ojos nuestra relación, luché como una loca por nuestro amor. Con el tiempo llegó a querer a Isaac más que a un hijo, contamos con su apoyo cuando hicimos la primera empresa de cerámica, para ello nos dejó unas instalaciones de nuestra vivienda familiar del Castro. Aquí, en la capilla de nuestro pazo, nos casamos un 29 de julio de 1945, en esta época, Isaac estaba considerado uno de los mejores pintores de España. Vivíamos de lo que él pintaba en Madrid. Fueron tiempos de mucha felicidad. En 1947 decidimos poner en marcha un taller de porcelana artística en la casa de mis padres que en un futuro se transforma en una fábrica ya que en 1949 abre las puertas Cerámicas do Castro SL. Ésta era una factoría diferente a las demás porque su objetivo no era sólo ganar dinero para enriquecer a sus propietarios. ¡Noo! Iba a ser un centro dinámico cultural en donde su espíritu sería la historia de Galicia. Poco a poco fuimos creciendo y en el año 1955 teníamos 100 trabajadores.
En 1956 mi esposo viaja a la Argentina para montar otra industria de porcelanas en Magdalena, lugar que queda a 108 Kms de Buenos Aires a petición de nuestros intelectuales exiliados. Isaac aceptó pero más que hacer la fábrica lo que le interesaba era traer de vuelta a estas personas que por culpa de la Guerra Civil tuvieron que dejar Galicia. Con el tiempo los trajo a todos para nuestra tierra.
Mientras Isaac estaba montando la fábrica en Magdalena quedé al frente de la empresa del Castro ejerciendo de jefa. ¡ Madre mía, me pasó cada cosa! Recuerdo que en una ocasión tuvimos un grave problema en la producción, los que estábamos en la fábrica no entendíamos el horno y salieron muchísimas piezas mal. El almacén estaba repleto de figuras con fallos. Yo no dormía pensando en cómo solucionar semejante contratiempo. Para ello se me ocurrió decorarlas por dentro y por fuera para tapar todas las faltas. Esto daba muchísimo trabajo, pero la recompensa fue muy grata pues estas porcelanas fueron un éxito rotundo ya que cuando la producción salía bien los clientes preferían las otras que habíamos decorado en el interior y exterior. Reconozco que tuve que andar espabilada. Urgía salvar las nóminas del mes y ¡ja, ja, ja…! ¡ Lo conseguí! Tuve más tropiezos, pero con esfuerzo e ilusión los vencí. Yo no me rendía con facilidad. Nada me frenaba. Pensaba: “Tengo que ser fuerte. Tengo que ayudar a Isaac. Tengo que ayudar a Galicia y a su pueblo”. Cuando se lo conté a mi marido me mandó una carta felicitándome: “Rapaciña grazas a ti a fábrica vai para adiante”. Él me valoraba mucho. En el año 1958 quiso que fuera a Magdalena a enseñar a decorar a las trabajadoras, a éstas les llevé unos libros de arte franceses, cuando se los entregué les dije: “No vais a entender nada están escritos en francés. Ellas me contestaron: “ Muchas gracias, no se preocupe nosotras en la escuela aprendimos ese idioma”. De aquella, en la Argentina tenían una enseñanza pública ejemplar, muy buena, lo mismo ocurre ahora pese a las dificultades a las que los profesores deben hacer frente cada día.
Estuve allí tres cursos escolares. Lo que más deseaba era reunirme con mi amor. Por lo menos estábamos juntos. A todas horas suspiraba por él. Era mi obsesión. Me sentía muy feliz en Magdalena en donde a menudo nos visitaban personas importantísimas de nuestra cultura como: Luis Seoane, Rafael Dieste, Lorenzo Varela, Arturo Cuadrado, Nuñez Búa…también el gran ceramista Fernando Arranz y los gallegos Santos Casado y Manuel López de Ben, todos ellos formaron parte de la nueva iniciativa de Díaz Pardo en ese rinconcito argentino en donde se forjaron sueños que en un futuro se hicieron realidad en nuestra tierra como fue la recuperación de Sargadelos que sería la tercera fábrica de porcelana creada por mi esposo. Recuerdo que en una ocasión tenía programado un viaje a Italia, pero como la empresa pasaba un momento difícil tuve que suspenderlo para ayudarle a sacarla adelante. Así mismo cuando fundamos Ediciones de Castro con mucho dolor tuve que vender unos cuadros de Isaac. ¡ En fin no fue fácil todo lo que hicimos! El hombre de mi vida trabajaba noche y día. Sólo dormía tres o cuatro horas. No tuvo un día de vacaciones.
Jamás olvidaré mi etapa en Magdalena en donde pasé días inolvidables con amigos muy queridos como Manuel López de Ben y su señora Eduarda que para mí eran como hermanos, comíamos juntos, íbamos al río a bañarnos y a comer asados. Este matrimonio fue para nosotros más que familia y nos ayudaron mucho”.
Esta gran mujer fue una excelente pintora, diseñaba decorados para las porcelanas, hacía unos tapices lindísimos y fue la creadora de las joyas de Sargadelos, piezas exclusivas que ella misma hacía y pintaba.
Isaac y Mimina estaban hechos el uno para el otro. Desde aquel 29 de julio de 1945 día en que sellaron su amor, lucharon como jabatos para sacar sus proyectos empresariales únicos en el mundo, debido al entusiasmo de cómo fueron creados para Galicia y para enriquecer al mundo, lo que los hacía totalmente especiales, diferentes ya que su espíritu era la cultura y la ética por encima de todo.
Hay un dicho que afirma: “Detrás de un buen hombre hay una buena mujer”. Yo, digo: “Al lado de un gran hombre hay una gran mujer”, que es el caso de la incansable trabajadora Carmen Arias que como una lapa estuvo con su venerado y querido compañero de toda la vida.
Galicia llora lo que le sucedió al lindo matrimonio de la ESPERANZA y el BIEN cuando en el 2006 Isaac fue excluido de la dirección de sus empresas. Me dolió mucho esta situación tan injusta que vivió Díaz Pardo y Mimina y que tras crear un legado de tal magnitud y proyección internacional, personalmente, considero que no recibieron el apoyo que se merecían, tanto por la justicia, autoridades políticas…En otras partes del mundo a eses que tanto mal les hicieron ( y que no merecían ya que lo dieron todo en beneficio de Nuestra Tierra ). “Houbéselles corridos a paos, houbéselles desterrado”, sentenciaba a miña mamá. Considero que esta bondadosa familia tuvo que soportar un cruel abandono pues los dejaron tirados en la cuneta igual que hacían con aquellas personas que durante la Guerra Civil mataban y luego abandonaban a ambos lados de las cunetas de las carreteras mientras los familiares lloraban desconsolados tan terrible tragedia. Esta imagen la vivió un adolescente Isaac cuando iba escondido en el castromil camino de la Coruña hacia la casa de un tío en la que vivió seis meses para salvar su vida.
Del mismo modo Galicia anegada de lágrimas sufrió lo que le habían hecho a este gallego universal como aquellas madres,abuelas e hijos del terrible año 36.
O mal está feito. Non puideron con el. Quitou moitas caretas…
Lo único “bueno” de esta penosa situación fue que supo quienes eran sus amigos incondicionales.
Loli Beloso Neira
Tomeza, abril de 2021