El temporal que devastó Bahía Blanca dejó hasta el momento 16 muertos, 12 de ellos identificados, y más de 1.400 evacuados, según el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires. Las autoridades continúan buscando a dos niñas, Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, y a un adulto desaparecido. El gobierno provincial y municipal, apoyados por más de 500 efectivos, trabajan para mitigar los efectos del desastre, utilizando recursos del Ministerio de Ambiente e Infraestructura bonaerense. El gobierno nacional anunció una ayuda de 10 mil millones de pesos, aunque la reconstrucción de la ciudad se estima en 400 mil millones de pesos.
El canal Maldonado y el Arroyo Napostá desbordaron, causando graves afectaciones. Aunque el nivel de las aguas comenzó a bajar, en algunas áreas la situación sigue siendo crítica. Muchos barrios continúan inundados, especialmente en localidades como Ingeniero White, donde las casas están sumergidas. En la localidad de Daniel Cerri, si bien el agua bajó, los daños fueron cuantiosos y aun se busca a dos niñas desaparecidas.
En cuanto a los servicios básicos, la electricidad aún no ha sido restablecida en varias zonas, lo que agrava la situación. El suministro de combustibles aun no se ha normalizado. Las telecomunicaciones fueron afectadas por los cortes de luz y todavía hay muchas personas incomunicadas. La planta potabilizadora de agua está fuera de funcionamiento debido a los daños sufridos, por lo que hay serias dificultades para garantizar el suministro de la red de agua potable. Esto ha obligado a las autoridades a distribuir agua embotellada.
La pérdida de bienes materiales es masiva: muchos de los hogares afectados quedaron completamente destruidos, y las personas tuvieron que ser evacuadas se encuentran en albergues improvisados, luchando por encontrar lo básico mientras las autoridades intentan coordinar la distribución de asistencia.
A medida que el agua fue desagotando se vieron imágenes muy impactantes: autos literalmente apilados unos sobre otros o devorados por grietas y socavones en calles y rutas, los interiores de las casas devastados por el agua y el barro.
La reconstrucción enfrentará grandes dificultades debido a que la Dirección Nacional de Asistencia en Situaciones de Emergencia Social fue desmantelada por el Ministerio de Capital Humano. Esta Dirección jugaba un rol fundamental en la respuesta a emergencias, ya que proporcionaba agua y elementos de primera necesidad, además de acompañar a las familias una vez pasada la crisis. En esta inundación, muchas personas perdieron su documentación y varias oficinas del Estado también se vieron afectadas. El Gobierno provincial ya anunció que enviará personal para ayudar a los damnificados a tramitar nuevamente su DNI.
Desde diversas organizaciones socioambientales se señaló al fenómeno sufrido en Bahía Blanca como una consecuencia directa del cambio climático y la falta de políticas públicas tanto en lo ambiental como en lo referente a infraestructura de prevención.