El joven asesinado en Santa Teresita recibió una puñalada directa al corazón

La autopsia al cuerpo de Tomás Tello Ferreyra, el joven de 18 años asesinado ayer a puñaladas por una patota en la localidad bonaerense de Santa Teresita durante los festejos de Año Nuevo, confirmó que la víctima sufrió una herida punzocortante en el tórax que dañó directamente su corazón, mientras que el fiscal general de la jurisdicción señaló que el móvil del crimen fue una «venganza», informaron hoy fuentes judiciales.

En tanto, el fiscal Pablo Gamaleri pospuso para mañana la declaración indagatoria de los siete detenidos mayores de edad, mientras que los dos menores de edad aprehendidos serán indagados durante la jornada de hoy en una sede del Fuero de Responsabilidad Juvenil de la localidad bonaerense de Dolores, agregaron los voceros.

Con respecto a la autopsia, voceros judiciales señalaron que Tello (18), quien trabajaba como albañil, murió a causa de una «una laceración en la aurícula derecha del corazón» luego de sufrir una «herida punzocortante en la línea media de tórax».

En ese contexto, los especialistas advirtieron que dicha puñalada derivó «en un taponamiento cardíaco y el posterior fallecimiento de la víctima».

Al respecto, los informantes indicaron que todavía se desconoce cuál fue el arma homicida y que, contrario a lo señalado por fuentes policiales durante el día de ayer, todavía no se secuestró ningún elemento cortante relacionado con el asesinato.

Por otra parte, el fiscal Gamaleri, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 11 de Dolores, modificó la carátula del hecho de «homicidio en riña» a «homicidio agravado por concurso premeditado y alevosía», la misma calificación que se le aplicó a los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido en enero del 2020.

Fuentes de la investigación señalaron los sospechosos tienen 16, 17, 21, 22, 27, 29, 33 y 57 años, a la vez que aseguraron que uno de ellos es el padre de Damián Kopelian (21), señalado como autor material del crimen.

Por otro lado, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, manifestó que los asesinos de Tello obraron con «un plan de antemano», el cual se originó el 23 de diciembre a raíz de una disputa anterior con la víctima.

«No sabemos muy bien qué pasó el 23 de diciembre. Varios testigos señalan que pasó eso. Esto se aprovechó como una venganza o represalia por ese hecho anterior», aportó Escoda.

En referencia a los nueve detenidos, el fiscal general comentó que «algunos de los capturados son autores y otros son partícipes».

«A los detenidos no se les extrajo muestras para saber si estaban alcoholizados. Igualmente eso no influiría en la causa. Posteriormente al hecho la policía trabajó bien, está ayudando en la investigación», expresó.

Esta mañana, el abogado Miguel Ángel Pierri asumió la representación legal de los familiares de la víctima y adelantó que existe «una gran cantidad de evidencia» para probar la alevosía y premeditación del hecho.

«Es una postal que lamentablemente se repite. Hemos aprendido muy poco como sociedad. Estos hechos los estamos naturalizando, hechos como los de Fernando Báez Sosa y Tomás suceden regularmente. Una vez más vemos a la juventud en el peor de los escenarios», comentó Pierri.

Sobre los atacantes, la mamá de la víctima, Samanta, dijo que no los conoce, aunque recordó que Tomás le había comentado que, dos días antes de Navidad, él había hecho una fiesta en la que tres personas de Buenos Aires se pelearon con un amigo de su hijo y que perdieron sus documentos.

«Aparentemente tres de los atacantes son los que Tomi tenía el documento, pero no sé quiénes son», agregó la mujer, quien recordó que su hijo le había pedido ayuda para localizar a esas personas y devolverles los documentos, aunque nunca llegó a entregárselos.

Por último, Daniel Tello, padre del joven asesinado, criticó la labor policial durante el hecho y pidió «que se haga justicia».

«Si no hacen nada, la justicia la voy a hacer yo y no quiero hacer eso y darle un sufrimiento más a mi familia, me estoy conteniendo», advirtió.

Todo comenzó minutos antes de las 7 de la mañana, cuando Tomás Valentín Tello Ferreyra (18) festejaba con sus amigos el Año Nuevo en la playa, a la altura de la calle 38 y la avenida Costanera, en la mencionada localidad del Partido de la Costa.

Allí, comenzó a ser golpeado y perseguido por una decena de personas, por lo que trató de escapar corriendo alrededor de 600 metros.

En ese contexto, Tello trató de refugiarse en un domicilio ubicado en la intersección de la calle 44 y la avenida Costanera, pero fue interceptado por la patota en las adyacencias del inmueble.

Luego de ello, el grupo de personas comenzó a atacar al joven de 18 años a pedradas, botellazos, puntapiés, golpes de puño y al menos un arma blanca.

Como consecuencia del ataque, Tello, oriundo de la localidad vecina de Mar del Tuyú, sufrió al menos una herida punzocortante en el tórax, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital de Santa Teresita, donde finalmente falleció.

Los investigadores señalaron que hubo varios testigos del crimen y que, producto de la pesquisa, se logró la detención de nueve personas, dos de ellas menores de edad.

Sobre las detenciones, una fuente de la investigación afirmó que las capturas de siete de los agresores se dieron minutos después del hecho, tras ser visualizados por cámaras de seguridad, donde se los veía caminando por la playa, intentando escapar de la zona

Cerca de las 9 de la mañana, otros dos sospechosos fueron detenidos a unas diez cuadras del lugar del ataque y, uno de ellos, identificado como Damián Kopelian (21), fue señalado por los pesquisas como el autor de la puñalada mortal que recibió la víctima.

Fuente: Télam.