Sentencia ejemplar por el femicidio de Emma Córdoba

La ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual Estela Díaz y la subsecretaria de Políticas contra las Violencias por Razones de Género Flavia Delmas acompañaron la lectura de la sentencia pública en el Tribunal Oral Criminal V de La Plata, que condenó a Ariel Osvaldo Báez a la pena de reclusión perpetua por el femicidio de Emma Córdoba y el intento de asesinato de Ana Laura González.

“Cuando miramos la causa y vemos la condena, se respeta la perspectiva de género, una mirada en torno a las características particulares de este delito y de la crueldad exacerbada por el odio de género. En ese sentido es ejemplar” señaló Estela Díaz, quien acompañó a Ana Laura González durante el proceso de búsqueda de justicia. ”Se cerró una etapa donde hubo justicia por el femicidio de Emma y el intento de femicidio de Anita. Tardó, podría haber sido mucho antes. La justicia que tarda deja mucha revictimización en el camino, pero fue un fallo ejemplar, donde no se pudo eludir la violencia de género y tuvo la condena máxima”.

La sentencia determinó la pena de reclusión perpetua, accesorias legales y costas para Ariel Osvaldo Báez, “por resultar autor penalmente responsable de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado por el empleo de arma, abuso sexual con acceso carnal agravado por el empleo de arma, tentativa de homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género y robo agravado por el uso de arma, de los que resultaran víctimas Ana Laura González y María Emma Córdoba y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.

Flavia Delmas recalcó que “es un fallo que nos habla de un nuevo momento en el Poder Judicial y de sentencias que empiezan a ser ejemplares con lo que ha acontecido estos últimos meses. Llegó el alivio de justicia para la causa de Emma Córdoba y Ana Laura.” 

Ana Laura González dijo: «Fue difícil y pesado declarar en el juicio pero había que armarse de fuerzas para hacerlo. Tuve mucho acompañamiento de mis seres queridos y la familia y amigos de Emma». Y agregó: “Ya está, hice todo lo que estuvo a mi alcance y logramos esta condena. Ahora puedo rehacer mi vida tranquila”.

Ana Laura declaró el pasado 3 de diciembre en los Tribunales de La Plata. Allí, relató el ataque que sufrieron ella y su amiga, María Emma Córdoba, el 8 de julio de 2017. Báez, vecino lindero de María Emma, entró por la fuerza a la vivienda de Punta Lara, armado, las maniató, las violó y las golpeó hasta creerlas muertas. Luego prendió fuego el lugar y volvió a su casa a dormir con su pareja y su beba de un mes. Ana Laura logró escapar y pedir ayuda, pero María Emma no sobrevivió.

El juicio oral estuvo a cargo del Tribunal Oral Criminal V de La Plata, integrado por Carmen Palacios Arias, Ezequiel Medrano y Andrés Vitali. Con Silvana Langone como fiscala de juicio, más de sesenta personas prestaron su declaración testimonial.

En los alegatos, la fiscala había pedido considerar un veredicto condenatorio con una pena de reclusión perpetua para Báez por estar en presencia de un homicidio que se generó en el marco de la violencia de género. “Cerramos con una resolución ejemplar como es la de reclusión perpetua para Báez por el delito que cometió. La pruebas eran contundentes, era una causa donde debíamos transitar el debate, pero que pudo hacerse en tiempo y forma para que las víctimas, tanto la víctima fatal como la sobreviviente y sus familiares directos llegaran a poder cerrar un círculo tan doloroso para ellos” indicó.

El abogado de Ana Laura, Jerónimo Guerrero Iraola, también había solicitado la perpetua para Báez, como «una sentencia reparatoria». Cuando la querella solicitó el encuadre como femicidio, pidió “que sea ejemplar la cuantía de la condena, y que se reconozca que el femicidio no sólo implica daños en términos subjetivos e individuales, sino también un daño que es colectivo. Pensamos y sostenemos que todo acto femicida, todo acto de violencia contra las mujeres, implica un acto de consolidar una pedagogía del cercenamiento de las libertades, sabiendo que mientras sigan sucediendo, hay una enorme porción de la población que siente que sus vidas pueden terminar en cualquier instante, por el obrar letal de un varón” sostuvo el abogado Jerónimo Guerrero Iraola.

Ana Laura, en un primer momento, no quiso asumir el rol de particular damnificada. “El tiempo para las personas cuyos derechos fueron vulnerados, es un no lugar. Es una imposibilidad de concluir un ciclo y comenzar la instancia del duelo” recordó su abogado. “En el medio, Ana cambió el rol y eligió transformarse en una activista, hablar para que la experiencia sirva para que no vuelvan a suceder estos hechos o para intentar visibilizar determinadas situaciones. Eligió tomar la voz y construyó una referencialidad muy importante. En ese proceso de construcción decidió presentarse como persona damnificada, para mandar preso a Báez, estar en la acusación y que su verdad sea escuchada y expresada. No solo en el rol de la víctima, sino en el rol activo de quien pretende hacer justicia.  En lo individual y  también hacerlo por las mujeres que hoy sufren violencia patriarcal en la Argentina”.

Entendiendo que los hechos expuestos durante el juicio oral fueron cometidos en un contexto de violencia de género, la sentencia dispone, además, que la subdirección de Políticas de Género del Servicio Penitenciario bonaerense evalúe la posibilidad de incorporar a Báez a los talleres de sensibilización destinados a personas privadas de su libertad que hayan ejercido violencia de género.

La Ministra se refirió al tiempo transcurrido hasta lograr esta sentencia: “Este alivio tuvo que esperar cuatro años y empieza una nueva etapa para todos. Hablaba con Horacio Córdoba, el papá de Emma, quien se puso a disposición para trabajar en la prevención de la violencia. Un ejemplo que nos muestra cómo las víctimas piden justicia y cómo construyen desde una perspectiva, incluso de amor, para que esto no suceda más”.

Fuente: Prensa GBA