Marcos Actis es doctor e ingeniero en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, de la que también fue decano hasta 2018. Hoy dirige el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de esa casa de estudios y en septiembre de 2020 fue nombrado en el directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en representación del Ministerio de Educación de la Nación. También es uno de los participantes del proyecto Tronador de desarrollo espacial nacional, con bases en Punta Indio y Bahía Blanca, que hoy vuelve a reactivarse luego de quedar casi paralizado desde fines de 2015. InformadorMgd dialogó con Actis acerca de la reanudación del desarrollo de cohetes espaciales argentinos en la localidad bonaerense de Pipinas, la importancia de las escuelas técnicas y las industrias regionales en el proyecto, la posibilidad de generación de puestos de trabajo calificado en Magdalena y Punta Indio y la reactivación del ramal ferroviario La Plata – Pipinas.
InformadorMgd: ¿Es cierto que se reactiva el proyecto Tronador y la posibilidad lograr la fabricación nacional de cohetes espaciales en Pipinas?
Marcos Actis: El tema se está reactivando, se han firmado convenios por parte de la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) con VENG (Vehículo Espacial Nueva Generación) y a partir de ahí VENG empieza a trabajar con los antiguos proveedores para reactivar el proyecto que desde 2015, si bien se habían hecho algunas cosas sobre todo para mantener equipamiento, no tenía los recursos para continuar con la intensidad que se venía desarrollando hasta los últimos lanzamientos.
La idea es a futuro tener un lanzador para que la Argentina pueda cerrar el círculo del desarrollo tecnológico espacial que significa no sólo fabricar satélites sino también poder llevarlos al espacio, y a partir de ahí validar la fabricación de satélites a través de un propio lanzador.
IMgd: ¿Hay algunos otros proyectos que tienen que ver con movilidad eléctrica terrestre que tendrán lugar también allí?
M.A.: Por ahora lo que se está desarrollando tanto en Pipinas como en Falda del Carmen está aplicado a las cuestiones espaciales, tanto a satélites como a lanzadores. Efectivamente, a partir de los desarrollos que se hacen para estas cuestiones, suelen desprenderse posibilidades de hacer vehículos eléctricos y otro tipo de servicios que requiere la industria en general.
Hoy por hoy lo principal que se va a hacer en Pipinas es la fabricación de los tanques, el ensamblado de los cohetes (lanzadores) y también las pruebas desde La Capetina de los vectores que se puedan hacer para el desarrollo del proyecto y sobre todo las pruebas de los nuevos componentes.
IMgd: En la Escuela Técnica de Magdalena, por ejemplo, hay una larga tradición de trabajos experimentales de cohetería y robótica ¿pensás que se puede articular con el sistema educativo algún sistema de pasantías, capacitaciones o incluso puestos de trabajo?
M.A.: Obviamente las escuelas técnicas son fundamentales para desarrollar este tipo de proyectos. Conozco un docente que era de la Escuela Técnica de Magdalena, Sebastián Delnero, que es un profesional que estudió y hoy es docente en nuestra facultad y es uno de los actores principales que ha tenido el proyecto Tronador en la parte de aerodinámica. Obviamente la idea es nutrirnos de las escuelas técnicas para llevar adelante la fabricación de los lanzadores en Pipinas.
Un proyecto que teníamos en 2015 era poner una tecnicatura orientada a todo el desarrollo de los vehículos, los ensayos y las pruebas. Lamentablemente ese proyecto que involucraba tanto a la Municipalidad de Punta Indio como a la Universidad, a la CONAE y a VENG para establecer una escuela técnica en Pipinas no pudo llevarse adelante.
La idea era que de las escuelas técnicas de Magdalena y de Verónica pudieran ir a cursar ahí y terminar una especialización que les permitiera trabajar en los proyectos de los lanzadores.
Obviamente cuando esto se ponga a funcionar va a requerir mucha mano de obra técnica y hay que formarla.
IMgd: Al principio de su mandato el expresidente Macri ironizó sobre la necesidad de hacer un cohete a la luna para enviar periodistas y opositores, a la vez que desactivaba y desfinanciaba el proyecto nacional de cohetes espaciales. Finalmente los que tuvieron que irse, y no a la luna sino a otros países, fueron los profesionales argentinos más capacitados en tecnologías espaciales ¿qué pensás sobre eso y cuánto tiempo llevará reactivar el proyecto y reponer los recursos humanos perdidos?
M.A.: Macri prometió muchas cosas. Cuando en su campaña prometió que iban a tener continuidad todos los proyectos en los que se venía trabajando y que él venía a componer las cosas que se estaban haciendo mal y aquellas cosas que anduvieran bien las iba a mantener y apoyar, no hizo nada de eso. Pero era obvio que no lo iba a hacer, porque no está en el pensamiento de él la producción, el desarrollo tecnológico y la educación pública sino maximizar las ganancias del grupo al que representa.
Lamentablemente se ha profundizado esta grieta y hay gente de los dos lados, la gente del pueblo, que opina que es necesario desarrollar el país, que sea un país productivo, generar mano de obra, dar trabajo.
Conozco muy bien la empresa Tormecan que está en Magdalena, es un ejemplo para Magdalena. Nosotros hemos trabajado con Roberto Puricelli durante mucho tiempo y nunca hemos tenido un trato comercial de dinero, siempre le hemos hecho cosas a cambio de cosas que él nos hace, trabajamos el trueque. Porque hay voluntad de trabajo y cuando hay voluntad de trabajo las cosas se hacen, no se dicen y después no se hacen.
El gobierno de Macri fue un farsa y el que fue farsante ahora habla de los demás. Yo creo que ése es el problema, que mucha gente no entiende, que tenemos que dejar de escuchar a falsos profetas y ponernos a trabajar. Y que necesitamos políticas de Estado que independientemente de quién gobierne se lleven adelante.
El proyecto Tronador era un proyecto que permitía a Argentina ser líder en Sudamérica en el tema espacial. Como lo pudo haber sido en su momento con la parte aeronáutica que también fue interrumpida por estos falsos profetas. Cuando nosotros teníamos fábrica de aviones, Brasil no tenía nada y hoy es líder en la región.
Siempre dije lo mismo, que tenía miedo que pase lo mismo con el desarrollo espacial. Esperemos que se entienda y que volvamos al plan que teníamos trazado. No sólo nos hemos atrasado en el plan cuatro años sino muchos más, porque los recursos humanos que habíamos formado durante mucho tiempo hoy ya no están y hay que volverlos a formar.
Siempre digo que no se arranca en el punto que se dejó en 2015 sino más atrás. Pero bueno, lo concreto es que esto está funcionando nuevamente y que hay mucha voluntad de hacerlo. Hay mucha gente que apoya estos desarrollos y que puede estar de un lado u otro en su pensamiento político, pero saben que esto es un desarrollo realmente importante. Y no cabe duda de que la tecnología, en este caso el desarrollo espacial, derrama en las otras industrias y permite a la Argentina generar valor agregado en los productos, que es lo que realmente necesitamos. El valor agregado tecnológico no tiene techo, como sí lo tiene la producción agraria.
IMgd: ¿Qué pensás sobre la iniciativa de reactivación del ramal ferroviario La Plata – Pipinas, dadas las nuevas posibilidades de trenes livianos, y la necesidad de articular la región de otra manera?
M.A.: El tema del ramal La Plata – Pipinas se está impulsando, de hecho la Facultad de Ingeniería (UNLP) tiene un pedido por parte de la SOFSE (Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado – Trenes Argentinos Operaciones) para hacer una inspección de vías y estimar cuánto se necesitaría para poder transitar de vuelta sobre ese ramal, como también lo está haciendo el Grupo Por la Vuelta del Tren, tratando de despejar las vías y hacer correr una «zorra», todo trabajo voluntario en el que participan distintas ONG.
La idea nuestra es ayudar a esto, como también estamos en Tapanqué y Olavarría, donde hay vías que se quieren recuperar, con la generación de un vehículo liviano que ande a energía eléctrica de baterías de litio, o sea, reconvertir un coche-motor diesel a eléctrico, como ya hemos hecho con autos y con un colectivo con la empresa 9 de Julio de La Plata, lo queremos hacer también con un coche-motor ferroviario para hacerlo funcionar con baterías y hacer ese recorrido.
Entrevista: José Luis Meirás
Foto principal: Eva Cabrera – Agencia Télam