Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se celebrarán el año próximo -aunque mantendrán su nombre oficial- tras un acuerdo alcanzado hoy entre el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, quienes atendieron un reclamo de la comunidad internacional y aplazaron la cita programada para julio y agosto próximos, en un planeta conmovido por la pandemia de coronavirus.
En ese contexto y luego de recibir varios avisos en contra de la realización de los Juegos programados desde el 24 de julio hasta el 9 de agosto, el gobierno nipón, a través del premier Abe, diagramó y mantuvo una charla mediante el sistema de videoconferencia con Bach y entre ambos se llegó a un acuerdo en el que privó el sentido común, en medio de una pandemia que está a punto de alcanzar los 400.000 afectados en el mundo y ya superó las 16.000 muertes..
«En las circunstancias actuales y con base en la información proporcionada hoy por la OMS, el Presidente del COI y el Primer Ministro de Japón han concluido que los Juegos Olímpicos de Tokio deben reprogramarse para una fecha posterior a 2020 pero no más tarde del verano de 2021 para salvaguardar la salud de los atletas y de todos los involucrados en los Juegos», sostiene el comunicado oficial que se hace eco de los numerosos reclamos de deportistas y dirigentes deportivos y políticos en las últimas horas.
La charla en la que se optó por posponer los Juegos contó con la iniciativa de Shinzo Abe y, además de Bach, tomaron parte también otras autoridades que se sumaron a la videoconferencia y aportaron sus puntos de vista, como Mori Yoshiro, presidente del Comité Organizador de Tokio 2020; el ministro olímpico, Hashimoto Seiko; el gobernador de Tokio, Koike Yuriko; el presidente de la Comisión de Coordinación del COI, John Coates; el Director General del COI, Christophe De Kepper; y el Director Ejecutivo de los Juegos Olímpicos del COI, Christophe Dubi.
«En una reunión muy amistosa y constructiva, los dos líderes elogiaron el trabajo del Comité Organizador de Tokio 2020 y señalaron el gran progreso realizado en Japón para luchar contra COVID-19», añadió el comunicado oficial difundido a los medios de prensa.
Los líderes acordaron que los Juegos Olímpicos de Tokio podrían ser un faro de esperanza para el mundo durante estos tiempos difíciles y que la llama olímpica «podría convertirse en la luz al final del túnel en el que el mundo se encuentra actualmente».
Por lo tanto, se acordó que la llama olímpica permanecerá en Japón y también que se mantendrá el nombre de Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020.
La suspensión de los Juegos de Tokio llegó en plena crisis sanitaria mundial y bajo la presión de varios pesos pesados del mundo del deporte, entre ellos las influyentes federaciones estadounidenses de atletismo y de natación; y los Comité Olímpico de Canadá y Australia, que advirtieron que no enviarían a sus deportistas a competir en medio de una pandemia.
Es que el COI había anunciado recientemente que se tomaría un plazo de cuatro semanas para decidir un eventual aplazamiento de la cita olímpica, algo que originó la inmediata reacción de estadounidenses, canadienses y australianos, y que precipitó, ante el peso de los acontecimientos, la conversación en la que intervino el Gobierno japonés.
En una postergación cuyos antecedentes más cercanos se remontan a 1944, puede decirse que prevaleció el sentido común y se evitó poner en riesgo a los 11.000 atletas que debían movilizarse a Tokio y a las demás personas involucradas en la organización del evento.
La anterior ocasión en que un Juego Olímpico había mudado su fecha fue en Londres 1944, que debido a la Segunda Guerra Mundial se trasladó a 1948, aunque también hubo otros tres antecedentes.
De manera que el aplazamiento de los Juegos de Tokio 2020 se suma al de otros eventos deportivos importantes a nivel mundial que fueron postergados como la Eurocopa, la Copa América, la NBA, la Fórmula 1 y las principales ligas de fútbol de Europa y Sudamérica, entre otras competencias.