Isaac Díaz Pardo bajo el cielo de Magdalena

En la última sesión del año 2020 el Concejo Deliberante de Magdalena tratará el proyecto de ordenanza que busca llevar el nombre de Isaac Díaz Pardo, Manuel López de Ben y Santos Casado a dos calles del pueblo bonaerense donde funcionó la fábrica Celtia y se produjeron las Porcelanas de Magdalena. Loli Beloso Neira, artista, trabajadora de la salud y amiga personal de Isaac Díaz Pardo nos envió desde Galicia esta carta para su publicación en InformadorMgd en la que saluda la iniciativa. «Celtia fue la sala de partos en donde vino a la vida un bien maravilloso, el cual no solo iba a beneficiar a Galicia en todos los ámbitos, sino también al mundo«, señala Beloso en la misiva.

Por Loli Beloso Neira

Isaac Díaz Pardo en Celtia, Magdalena.

Fue en el año 1955 cuando el intelectual gallego Núñez Búa, exiliado en la Argentina, viaja a Galicia con la intención de proponer una fábrica de porcelanas en el país de la Pampa a su amigo Isaac Díaz Pardo, pintor (en el año 1945 estaba considerado uno de los mejores pintores de España), escritor, inventor, editor, químico, arquitecto, empresario, ceramista… en fin, estamos ante el Leonardo da Vinci gallego, quien en un principio dice que no; “¿para qué hacer otra fábrica? Cerámicas O Castro va muy bien”; pero en un segundo recapacita: “no puedo dejar a mis compañeros de batalla a favor de nuestra querida Galicia y de su pueblo, no, no, no debo dejarlos solos”.  

Ante esta reflexión, Díaz Pardo acepta y viaja a la ciudad de Magdalena para construir CELTIA, fábrica de porcelana cuyo timón llevaría durante trece años sin dejar a un lado su factoría del Castro con más de cien trabajadores. Corría el año 1956. Es importante señalar que a este genio universal más que hacer la fábrica lo que le interesaba era recuperar el exilio, es decir, traer a nuestros intelectuales desterrados a la tierra que les vio nacer.

Entre ellos se encontraban su colaborador y compañero de proyectos, el gran pintor Luís Seoane o los escritores: Blanco Amor, Rafael Dieste, Lorenzo Varela, Xosé Neira Vilas… Fue un padre y hermano para todos ellos y gracias a él regresaron a su añorada patria de la “morriña” («nostalgia»); por Isaac, Galicia recuperó su fortuna más valiosa;  “a los más fieles combatientes de la cultura gallega”, ya que nuestro pueblo estaba sumido en la más profunda pobreza en todos los terrenos.

A mis amigos de la preciosa ciudad de Magdalena les quiero decir que CELTIA fue la sala de partos en donde vino a la vida un bien maravilloso, el cual no solo iba a beneficiar a Galicia en todos los ámbitos, sino también al mundo: “imos enriquecer ao mundo coa nosa diferenza” («enriqueceremos al mundo con nuestra diferencia»), decía ilusionado Luis Seoane. 

Bajo su techo nació el LABORATORIO DE FORMAS, un ente teórico del cual salieron lindos proyectos que se llevarían a cabo en tierras gallegas como EDICIÓS DO CASTRO (Ediciones Do Castro), donde Isaac cumplía la ilusión a muchos y a muchas de ver publicado un libro ya que él le editaba al que se lo pedía: “hai que dar unha oportunidade a todos” («hay que dar una oportunidad a todos«). “Hai que axudar ao que está abaixo xa que o que está arriba non o precisa” («Hay que ayudar al que está abajo ya que el que está arriba no precisa«), pensaba nuestro Leonardo da Vinci. En esta editorial se recuperó la memoria histórica de Galicia, destrozada antes y después de la Guerra Civil española.

Otro proyecto fue la recuperación de SARGADELOS, empresa que había comenzado en 1800, aquí se hacían loza y figuras al estilo inglés, “o vello Sargadelos” («el viejo Sargadelos»). En 1970 se inaugura “o novo Sargadelos” («el nuevo Sargadelos«), donde se producían piezas de porcelana exclusivas ya que su espíritu era el saber de la civilización de nuestro país. En el Sargadelos de Isaac está plasmada la historia del universo gallego con la intención de divulgar nuestra cultura al mundo entero.

También creó el MUSEO GALEGO DE ARTE CONTEMPORÁNEA CARLOS MASIDE y el IGI (Instituto Gallego de Información). En todos estos emprendimientos Díaz Pardo contó con el apoyo de su esposa, la excelente artista Carmen Arias; tanto su trabajo creativo como su humanidad nos hablan de dos seres extraordinarios, comprometidos con las causas justas.

A todo este imperio cultural Isaac y su mujer aportan el ingenio y la originalidad de sus productos, por lo que hacen que su grupo empresarial sea único por su filosofía de acción. Mientras este matrimonio estuvo al frente de su grupo empresarial (sesenta años) fue un fabuloso y rico manantial de cosas buenas y alegrías para todos; pero en el año 2006 a Isaac le ocurre algo muy triste y que él jamás pensó que le sucedería: los últimos años de su vida estuvieron marcados por enmascaradas infidelidades de ciertos individuos en los que él siempre confió y que -movidos por egoísmos- lo excluyeron de la dirección de su empresa, que con tanto sacrificio sacó adelante.

Ahora, su obra ya no es lo que era; Ediciós do Castro no existe, en el IGI no se hace nada, en el Museo Carlos Maside tampoco, galerías como la de Milán que cerró sus puertas… su buen proyecto no es hoy como él lo creó e imaginó. Ante esta tragedia, Galicia está empapada de lágrimas llenas de dolor por tanto sufrimiento injusto causado a Isaac, el gallego más querido de nuestra tierra. Estas lágrimas lamentan y laten como un corazón día y noche por este drama que jamás debió suceder y que va pasar a nuestra historia como un tormento que no deja de doler. “Cóllese antes a un embusteiro cá un coxo” («se atrapa antes a un mentiroso que a un rengo«) a menudo recalcaba mi mamá, llevándose las manos a la cabeza. ¡Qué razón tenía!

Nos robaron todo. Llegamos a pasar hambre. Esperaba a mi hermano con unas patatas cocidas para comer. Quedamos huérfanos, a papá lo asesinaron en la Guerra Civil y a los dos años mamá murió de cáncer, pasamos muchas calamidades para salir adelante”, recordaba Chita, hermana de Díaz Pardo.

Como siempre en la vida, la historia se repite y, en este caso con Isaac, no iba a ser diferente en el ocaso de su existencia, “se lo robaron todo”. “O roubado non medra” («Lo robado no crece«), sentenciaba mi madre.

No obstante, Isaac siempre será recordado como una excelente persona, como un misionero de buenos sentimientos y de nuestra cultura, pues dedicó su vida a Galicia y a los demás. Su obra es inmortal. Con motivo del centenario de su nacimiento, los gallegos le rinden numerosos y sentidos homenajes lo mismo que nuestros hermanos de Magdalena, en donde Isaac y Mimina, bajo el cielo de esta hermosa ciudad mirando a las estrellas ilusionados, soñaban en lindos deseos que luego llevaron a cabo en su querida tierra.

Isaac Díaz Pardo frente a la fábrica Celtia. Magdalena, Buenos Aires, circa 1960.

En agosto de 2019 con motivo de mi visita a Magdalena, el señor alcalde de esta ciudad convocó una rueda de prensa, ilusionada llevaba dentro de mi corazón unas propuestas: darles los nombres de Isaac y Mimina a unas calles; exponer esta idea me hizo reflexionar: “¿Diré lo que pienso? Soy foránea, no sé si debo”. Tuve suerte ya que el excelente y comprometido periodista José Luis Meirás propuso lo de las calles. ¡En fin! ¡Ni que este reportero hubiera abierto las puertas de mi corazón, donde con tanto amor guardaba lo que yo deseaba!

En segundo lugar, aprovechando que estaba don Gonzalo Peluso, alcalde de Magdalena, le pedí que en el Museo de su ciudad le dedicaran una sala a Díaz Pardo y a Carmen Arias, yo me comprometía a donar piezas de interés, con la única condición de que lleven a los niños y niñas a visitarla para que, de este modo, conozcan la obra cultural y humana de estes dos grandes artistas. El señor Peluso contestó que haría todo lo que estuviera en sus manos para realizar estas peticiones que a día de hoy van por buen camino.

Por último, no estaría de más que en Magdalena hagan un paseo con los nombres de nuestros intelectuales que allí forjaron lindos sueños para bien de todos.

Sacar adelante el paseo de Celtia sería una manera de que sus ilusiones perduren para siempre entre nosotros a fin de que las generaciones futuras no se olviden de aquellos a quienes tanto debemos y que dieron todo por Galicia.  El paseo será un símbolo imperecedero de su amor por la Tierra Madre y por Magdalena quien los cobijó. Recordarlos allí será un incentivo a nuestros sentimientos, llenándolos de color e ilusión.

¡Viva Isaac! ¡Viva Mimina! ¡Qué viva el pueblo de Magdalena y Galicia por recordar y querer tanto a estos dos ángeles! ¡Para siempre Galicia y Magdalena unidos por el lindo matrimonio de la ESPERANZA y el BIEN!

Desde Galicia quiero dar las gracias a la Municipalidad de Magdalena, a su intendente Gonzalo Peluso y a José Luis Meirás por escucharme y tratar con tanto cariño y respeto la memoria de Isaac Díaz Pardo y Carmen Arias de Castro, “Mimina”.

Les deseo un  Bo Nadal 2020 y millones de bicos de mel para todos.

23-03-2020

LOLI BELOSO NEIRA

Santos Casado, Isaac Díaz Pardo, Xosé Nuñez Búa, Geno Díaz y Manuel López de Ben, en Celtia, a principios de los años 60.