Sol Arias Landa resplandece en el Festival Rec de la UNLP

A partir de esta noche a las 22, el corto «Lo que resplandece en el silencio» de la joven realizadora veroniquense María Sol Arias Landa, competirá en el Festival Rec, un certamen cinematográfico organizado por la Facultad de Artes de la UNLP.

Por Laura Acosta

María Sol Arias Landa tiene veintidós años y es estudiante del último año del Profesorado y la Licenciatura en Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional de La Plata. Precisamente, su corto «Lo que resplandece en el silencio«, realizado con recursos mínimos, originalmente se trató de un trabajo práctico para la facultad. Sin embargo, la actuaciones de su hermana María Paz (11) y las mellizas Santina y Helena Bina (9), junto a la musicalización de Facundo Bilotto, convirtieron al film rodado en Verónica en octubre de 2019 en un producto digno de circular en festivales.

«Un trabajo común que realmente terminó siendo un corto súper personal, en el que sin querer canalicé un montón de cosas que tenía para decir«, comenzó explicando María Sol, que relató a InformadorMgd lo que significó para ella esa producción que se podrá ver por streaming a las 22 en este enlace https://youtu.be/PHS4cW7BpeI. Además, para apoyarla (hay un premio extra al film más votado por el público) se puede votar entrando a https://docs.google.com/forms/u/0/d/1BxpTRdX8UMkDP9PFcHcR9DrIXFkLAueloljkOwc0dfs/closedform#responses

-¿Qué tiene de particular «Lo que resplandece en el silencio»?

Lo que tiene de particular es que a comparación de los sistemas que uno usa para hacer un cortometraje (idea, guión, guión técnico), en este caso todo lo formal me lo llevé al cajón y no lo usé. Tenía una idea muy vaga de lo que quería hacer; para la materia lo que tenía que tener como condición es que haya un personaje extracotidiano, que salga de los parámetros de la normalidad que tenemos, y a mi se me ocurrió incorporar las visiones que tenía la nena personaje, que representó mi hermana María Paz.

– Fue original esto.

Muchos compañeros pusieron fantasmas, monstruos, y yo lo llevé para el lado de las imágenes. Con la directora de arte las caracterizamos muy mundanas, como si fuese realmente personitas disfrazadas, a las dos nenas que aparecen, que son parte de la imaginación del personaje principal. No queríamos hacer un super traje ni nada muy extraño, queríamos siempre mantener esto de lo terrenal, de que por más que esté en la imaginación, sea algo real, tangible, mundano.

– Además de las actrices ¿cuántas personas participaron en la realización?

Lo hice sola, lo grabé sola con una cámara y un steadycam, y lo fui haciendo e ideando en el momento. Eso fue lo más loco, que yo tenía una idea un hilo narrativo de lo que tenía que pasar: tenía que mostrar monotonía, tenía que hablar de una parte de corrupción de los sueños, esto del paso a la adultez, el perder la inocencia. El equipo técnico fui yo sola y las nenas, mi papá me ayudó a unas tomas con luces de un auto, que en cine eso no existe; los arreglamos como podíamos. Y Luciano Bina me grabó la voz de María Paz, que se grabó otro día.

La propia artista define al trabajo -cuyo núcleo narrativo tiene base en pasajes de El Principito, la famosa novela de Antoine Saint Exupery- como «una catarsis de lo que fue mi experiencia con la religión, porque esa nena, ese personaje habla mucho de mi experiencia con Dios y con la Iglesia. En una parte la nena dice que ´la abuela no la entiende, que no puede entender lo que a ella le pasa y que seguramente la hubiera mandado con Dios para que le encuentre el camino´, y eso significa como ese paso a corromper esos sueños de infancia, ya sea la adustez, ya sea la religión, ya sea el mundo adulto…Y fue por ahí el corto«, explica.

Alentada por compañeros, profesores y amigos del ámbito profesional Sol decidió inscribir su producción como directora donde sabe que puede funcionar. «Yo no daba dos pesos con cincuenta por el trabajo, para mi fue el laburo para una materia, que encima tuve que hacerlo sola, porque el equipo de compañeros no podía venir a grabar a Verónica porque estábamos en octubre o noviembre, pero cuando terminé plásticamente quedé muy contenta con los resultados«, señaló, casi asombrada del producto final. «Yo suelo trabajar así, me gusta: aprovechar la luz del día, buscar los encuadres correctos, tengo como una forma que inconscientemente la llevo a la práctica; pero no me imaginé que iba a quedar un resultado tan emotivo. A mi me representa muchísimo ese corto, que para mi se convirtió en una carta de presentación. Mostrar eso significa un montón, como corto en sí, narrativamente, en tanto historia…Y gustó tanto entre mis compañeros, mis profesores, e intercambiando palabras con otro tipo de profesionales como directores, montajistas, me encontré con que gustaba y fueron ellos que me insistieron para que lo suba a una plataforma y distribuirlo para quien quiera verlo«.

– ¿Lo mandaste a otros festivales?

Lo he mandado a otros festivales, quedó en uno que es en Nueva York que también era una competencia en Vimeo y había que votar, pero para votar te tenías que hacer una cuenta y tenías que pagar la entrada al festival en dólares… ese tipo de circuitos no son para los argentinos, no estamos acostumbrados, no tenemos a lo mejor 12 dólares que para los estadounidenses no son nada, para gastar en una entrada. Lo mandé a un montón, de muchos lo rebotaron y lo mandé al festival de la UNLP a Competencia Federal.

– O sea que para estar donde está hoy tu corto compitió con realizaciones de otras universidades del interior…

– Compite con trabajos de universidades de Buenos Aires como la UBA, la ENERC, que es la Universidad del INCAA, la UNTREF, la de Quilmes, y entre ellos quedó el mío, así que estoy muy contenta.