Hernán YZurieta: «Nada puede reemplazar al Estado»

ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL INTENDENTE DE PUNTA INDIO

Por Laura Acosta

La foto que una tarde le pidió a Cristina Kirchner en un pasillo del Teatro Argentino, cuando se la encontró cara a cara de casualidad yendo al auditorio para su presentación como candidata a presidenta, aún le cuida las espaldas en su despacho al intendente de Punta Indio Hernán YZurieta. La frescura de ambos reflejada en un retrato de más de medio metro de alto es parada obligada para los ojos de los que llegan a esa oficina, donde también atesora recuerdos como la boleta de cuando compitió en 1999 como candidato a delegado municipal de Punta del Indio; un retrato junto a su esposa Marina y sus hijos Macarena (18) y Máximo (13) cuando ganó por primera vez la intendencia, en 2011 o los guantes de boxeo que le regaló Carolina Duer.

Sobre el escritorio hay un alcohol en gel, otro en spray y un termo con dos mates que dicen que hubo una reunión con colaboradores previa a la entrevista; el barbijo negro, a tono con la campera de otoño que lo abriga también descansa a un costado de la ancha mesa después de un trajín que incluyó idas y venidas al Hospital, un vistazo por la obra de reparación del hormigón frente a la Plazoleta de los Inmigrantes y la visita por el puesto de vigilancia que el Ministerio de Seguridad con la Policía Rural montaron en la entrada de Las Tahonas, el lugar por el que algunos intentaban burlar la celosa guardia de acceso a Verónica desde la ruta 36.

En la sala contigua, su mano derecha Emiliano Perlini espera para saludarlo y darle el último parte de novedades del día y a unos pocos metros, los cinco concejales oficialistas tratan sin éxito de retener en el recinto del Concejo Deliberante a los cuatro de Cambiemos y al radical que forman la oposición para que se queden a dar quórum. Quieren tratar un proyecto para que los vecinos y vecinas puedan tramitar la licencia de conducir sí y sólo si quien la gestiona tiene al día la tasa Urbana; algo parecido a lo que se hizo con las guías de hacienda y la tasa Rural; esto garantiza cierta regularidad en el cobro de los tributos.

Fue un día largo pero antes de que termine la jornada, Hernán YZurieta se hace un rato para la entrevista para InformadorMgd. Paciente, se acomoda los rulos domados, pide ver las tomas y las fotos, bromea sobre las canas que avanzan en la cabellera castaña y se dispone a hablar sobre todos los temas, a nueve meses de asumir el tercer y último mandato como jefe comunal.

-¿Cómo está Punta Indio por estos días, atravesado por esta pandemia?

-Es un momento en el que no había pensado nadie. Uno siempre se pensó en distintas situaciones al frente del Estado municipal pero la realidad es que pensarte en una pandemia. Esto nos hizo tener que repensarnos.

-Después de nueve años de estar al frente del Estado municipal ¿qué te cambia esta pandemia?

-Te cambia muchísimo, porque uno piensa al Estado para el desarrollo productivo, para la contención social, para un montón de cuestiones. Ahora cuando te das cuenta que las decisiones que tomas tienen que ver con la vida y con la muerte, te hace poner mucho más tenso. Hubo cuestiones que debimos dejar a un costado y ponernos muy firmes con algunas decisiones.

-¿Cuáles?

-Varias que tuvimos que tomar. Decirle a una persona que no puede juntarse en la casa de otro; decirle a un comercio que el horario de cierre que pensó tenía que cambiarlo y que lo tenía que notificar; decirle a una persona cómo se va a movilizar, que no le conviene viajar… todo eso fue meternos en la vida de la gente y generó un impacto muy grande en la comunidad.

Teníamos que estar muy informados, muy firmes en las decisiones y tener mucha claridad para decirlas, para que se lo tomen de la mejor manera. Sentimos que la gente también le dio valor a esa Municipalidad que le decía lo que tenía que hacer.Esa firmeza nos mostró primero lo importante que es tener un Estado al que la gente acompañó, porque las decisiones que tomamos terminaron incidiendo sobre un montón de cosas que nunca en la historia reciente se habían decidido.

-¿Qué cosas tenías pensadas y tuviste que dejar de lado?

-Cosas que se pueden recuperar. Todo lo que pensábamos que íbamos a poder estar haciendo este año las podemos hacer después: avanzar sobre algunas obras, seguir mejorando algunos barrios, ampliar lo que tenemos en salud con el hospital, con obras que teníamos pendientes…uno se ilusionaba con que venía esa etapa.

-Además teniendo en cuenta que cambió la ideología de los gobiernos nacional y provincial.

-Cuando uno analiza los últimos cuatro años, ve que el Estado fue poniéndose a un costado de la realidad, se fue achicando, tanto el provincial como el nacional, que pasó de tener ministerios a tener secretarías, desinversión en ciencia y tecnología, desinversión en obra pública, todo lo que sabemos que pasó. ¿Qué nos imaginábamos en esta nueva etapa? Un rol preponderante del Estado y la realidad es que no hubo una mejor muestra de que el Estado volvió a ponerse al frente. La pandemia hizo convencer hasta a los que no estaban convencidos que no hay nada que pueda reemplazar al Estado, no hay un sector o empresa que pueda hacerse cargo de lo que tiene que hacer el Estado. Entonces creo que en esta etapa, si bien tuvimos que postergar algunas cuestiones con el tiempo vamos a poder ejecutarlas. En el momento que se necesitó al Estado al frente de esto tuvimos la suerte de haber recuperado el gobierno nacional, el provincial y nosotros sostener el municipal.

-¿Qué es lo que hicieron desde acá?

-Lo que tenemos que hacer, tomar decisiones políticas: tomar la pandemia con la seriedad que la teníamos que tomar en base a esa situación y a ese riesgo que todavía tenemos. Hubo que recortar gastos en algunos sectores y hubo que profundizar la inversión en otros.

-¿En qué se recortó?

-Hay cuestiones que tenían que ver con la cultura que no se podían aplicar, talleres, obras, cosas que había en el presupuesto y tuvimos que restringirlas, por una cuestión mucho más que importante como es la salud. Hicimos inversiones que sirvieron para complementar nuestro sistema de salud, afortunadamente a nosotros la pandemia no nos agarró con un sistema de salud desarmado; de hecho nosotros gran parte de los gastos siempre los tuvimos en salud.

Desde que cerraron las dos clínicas privadas con la crisis del 2001, el sistema público de salud es el único que atiende todos los casos sanitarios de los puntaindienses. Cirugías, partos, terapia intensiva; todo pasa por el Hospital Municipal. ¿No se puede articular esfuerzos con nadie?

-No. Y lo que te muestra que veníamos en el buen camino como municipio y como comunidad es que no tuvimos que salir a buscar médicos, ambulancias… porque teníamos un sistema que realmente trabajó la atención primaria en las unidades sanitarias; teníamos los médicos, los profesionales, entonces lo que hicimos fue adaptar todo a una pandemia. No había un Estado que estaba mirando otra cosa y que ahora se acordaba que tenía que atender a la gente. Siempre hicimos una gran inversión en salud, pero lo que hicimos fue adecuarnos a una pandemia; distinto hubiera sido tener que poner en funcionamiento un sistema de salud de la nada.

-Una de las mayores apuestas fue instalar una planta de oxígeno en el Hospital.

-Si. Esto nos hace no sólo ahorrar un montón de plata sino que nos permite tener oxígeno, que es uno de los insumos más importantes en esta pandemia.

-¿Qué otro equipamiento sumaron?

-Teníamos uno solo y ahora tenemos cinco respiradores. Tenemos todo un sistema de camas armado al lado del Hospital para pacientes que no tengan cuadros de gravedad. Mejoramos lo que teníamos. Cuando nos sorprende la pandemia, que por momentos la veíamos muy lejos pero de pronto fue acercándose, estuvimos preparados. Quienes cuidan los accesos son personal que existía, no es que tuvimos que salir a inventar a nadie.

-¿Tuvieron que salir a contratar personal extra?

-No. En general no tuvimos que contratar, sí reconvertir. Salvo alguna enfermera o algún rol muy puntual no tuvimos que salir a contratar gente.

Pasaron tres meses de aislamiento para que en el distrito se confirme el primer caso positivo, el 19 de junio. Desde entonces se registraron cinco casos: hoy son cuatro recuperados y uno activo; aunque ninguno llegó a complicarse ni a usar la terapia intensiva, ni oxígeno, ni respirador. ¿Cómo hicieron?

-Lo que nosotros hicimos desde el primer día fue pensar que todo puede llegar a complicarse; estamos en un escenario que puede llegar a complicarse y por eso no salimos a buscar al primer caso sospechoso para llevarlo al Hospital y generarle al Estado un mal uso de los recursos.

En Punta Indio además del Estado tenemos la buena predisposición de muchos otros actores de la comunidad como Janpywasi (hotel de campo ubicado en las afueras), el Hotel de Pipinas o el ELIM (campamento evangélico para iglesias que vienen desde afuera) para un primer aislamiento de algún caso que podría ser sospechoso. Si mientras espera el hisopeado el paciente se puede quedar aislado en su casa, se queda en su casa; si no puede mantener un aislamiento porque no tiene condiciones en la vivienda, o son muchos en la casa, tenemos las opciones que te mencioné. Los casos positivos que tuvimos pudieron llevar su enfermedad en su casa, no hemos internado a ninguno. Sólo lo asistimos por teléfono y fueron los médicos a la casa.

-O sea que los contagiados pudieron transitar la enfermedad relativamente cómodos.

-Si. Las personas estas tuvieron síntomas, en algún momento estuvieron un poquito más complicadas pero no necesitaron una internación. La idea es ir monitoreando esto porque si hacemos un mal uso, si a cualquier paciente positivo ya lo llevamos al sistema, provocamos un desgaste. Como no sabemos qué es lo que puede pasar a futuro quizás gastamos en un momento algo que podamos llegar a necesitar después. Vemos en algunos municipios cercanos que tenían cero casos y ahora tiene setenta, y siempre está ese riesgo, por lo tanto uno tiene que estar preparado para esas situaciones, no podemos pensar que todos los casos van a ser leves, en su casa y poquitos.

-¿Cómo evaluarías el cumplimiento de a cuarentena en el distrito?

-Hoy seguimos explicando a la gente qué es lo que no hay que hacer, pero es cierto que pasaron ciento y pico de días desde el inicio del aislamiento y luego se relajó un poco. Eso lo sabemos porque cuando aparece un caso sospechoso y preguntamos con quién estuvo nos damos cuenta que la gente se está movilizando más, y es lógico, porque nosotros mismos tenemos hoy la suerte de poder tener casi el 85% de la actividad funcionando, quedan sólo algunas cosas puntuales que no sólo tienen que ver con una decisión nuestra sino con la fase donde estamos.

-¿En qué fase está Punta Indio?

-Para algunas cuestiones podríamos estar en fase 5; de hecho tuvimos la oportunidad de oficializar el pase a la fase 5 pero reconociendo el riesgo que teníamos decidimos no pasar. Porque desconocer la cercanía que tenemos con el AMBA y creernos que podíamos estar en fase 5 nos podría haber entusiasmado algunos días pero complicado después. Entonces nos quedamos en una fase 4 que es un movimiento relativamente interesante; claro que están suspendidas las reuniones sociales, los deportes…

-¿Están trabajando en un protocolo para retomar los deportes?

-Estamos trabajando en distintos protocolos, lo que pasa es que no podemos pensar en ninguna actividad deportiva ni de roce mientras estemos en fase 4. Eso lo habilitaría una fase 5 que implica estar 21 días sin casos, y creo que tenemos que ser conscientes del momento en que estamos, del riesgo que tenemos y hoy tenemos que pensar la cantidad de gente que se moviliza sí o sí a la zona del AMBA.

-Buena parte de los casos son vecinos de Punta Indio, efectivos de seguridad que viajan al AMBA a trabajar.

-La realidad es que uno podría pensar «que nadie vaya a ningún lado»; podría ser un planteo ese. Lo que pasa es que hay un rol del Estado que no puede delegar ni dejar de cumplirlo. Si nosotros hoy decimos que hay gente que tiene que ir a trabajar a un penal o a un destino de seguridad, o un médico mismo y no dejamos que vaya… nosotros tenemos médicos que vienen de otro lugar, es inevitable. En una pandemia es un riesgo más y lo asumimos como tal.

-Magdalena planteó al ministro que no salga la gente de Seguridad que tiene que ir a trabajar al AMBA

-Es una postura. Pero ¿qué haces?, ¿y los cuarenta y pico nuestros que van a trabajar al Penal de Magdalena?, ¿les decimos que no vayan?. Yo creo que son parte de los riesgos que tenés que correr dentro de este aislamiento. Nosotros hablamos con todos ellos (los que se van a Magdalena al Servicio Penitenciario y quienes viajan a CABA porque son policías metropolitanos), tenemos el contacto aceitado y ellos tienen un aislamiento un poco más fuerte; es decir quien trabaja en otro lado está sabiendo -porque se lo hemos dicho- que tiene que cuidar un poco más porque son las personas de más riesgo. Entonces les pedimos que restrinjan lo más posible las salidas a hacer los mandados, los movimientos en general, porque son conscientes que esto nos pone en riesgo.

-Funciona el 85% de la actividad local ¿cuánto duró el período crítico hasta que se reactivó la microeconomía local?

-Tuvimos un mes y medio bastante crítico.

-¿Cómo repercutió eso?

-En el primer tiempo sufren los comerciantes, porque en definitiva es su actividad la que se corta durante esos primeros quince días, que después se fueron extendiendo. Ahí hubo un freno a la actividad económica, como que todo se paralizó. Y después la otra parte que generó muchísimo impacto fue en el sector vinculado con las changas, que al cortarse eso automáticamente al otro día familias enteras quedaron sin plata. Tenían mucho menos margen para aguantar, y nosotros pudimos empezar a hacer mover la rueda de vuelta cuando retomaron las changas.

Quizá Punta Indio fue de los primeros municipios en autorizar para cortar pasto, albañilería, siempre con protocolo; ese movimiento, que fue de menor a mayor estaba destinado al sector que estaba en plena parálisis, el que más sufría y el que necesitó del acompañamiento del Estado y de las instituciones, es el que primero se paró y a los tres días ya necesitaba para comer. ¿Cuál fue el rol del gobierno provincial?

-La Provincia nos ayudó con mercadería, nos ayudó a pagar sueldos porque ese parate hizo que ni Provincia ni Nación ni nosotros recaudemos. Lo grave desde lo económico fue un mes y pico, de ahí la changa y la posibilidad de poder ir abriendo otros comercios, nosotros empezamos a sentirlo.

-¿En las cuentas municipales?

-Mejoraron mucho. Además, cuando fuimos abriendo porque así lo permitió la situación sanitaria, la gente empezó a poder encontrar su actividad: las changas, la limpieza de casas, un montón de gente que tenía ese tipo de actividades y eso descomprimió mucho.

-¿Qué rol cumplieron las instituciones de la comunidad?

-Creo que fue durante un mes más o menos, que se juntaron y armaron colectas de alimentos desde la Mesa de Entidades. A nosotros nos vino muy bien, pudimos estar más tranquilos porque hubo mucha disponibilidad de mercadería y no tuvimos que andar con un lapicito viendo quien sí y quien no; muchas veces uno se equivoca, comete arbitrariedades, entonces esa disponibilidad que hubo nos dio la tranquilidad de saber que había una situación alimentaria contenida o recibiendo respuesta entre el Estado Municipal y la organización comunitaria, en definitiva.

Aunque estaba claro que la “Mesa de Entidades” iba a trabajar en conjunto con el Estado y no en paralelo a éste, no faltaron quienes se entusiasmaron y hasta soñaron, entre viaje y viaje a los barrios más carenciados, con jugar al asistencialismo, repartiendo comida y sonrisas desde una camioneta; aunque después de tres o cuatro viajes de a poco se desinfló el entusiasmo, a medida que la economía se iba recuperando muy lentamente. ¿Reemplazaron esas instituciones el rol municipal de algún modo?

-Me parece que lo importante es que a nosotros ese acompañamiento nos ayudó; que esa comunidad que se movilizó a través de las instituciones hizo un aporte muy importante. Mientras esto sucedía nosotros tuvimos que tomar grandes decisiones, porque cuando los recursos caían hicimos gestiones muy importantes para conseguir más recursos e invertimos casi cinco millones de pesos pensando en la pandemia y el sistema de salud; porque con uno o dos respiradores sabíamos que teníamos que tener el proveedor de oxígeno llegando día por medio o cada dos días. Y si esa situación se complicaba íbamos a tener una demanda de oxígeno muy grande, entonces hicimos un gran esfuerzo porque no sólo conseguimos los recursos sino que además logramos que la instalen en poquitos días.

El Estado tomó un rol importante en ese tiempo de plena crisis, potenciando e invirtiendo en nuestro sistema de salud. Por eso creo que la ayuda comunitaria fue muy importante, pero el Estado es irremplazable; uno puede aceptar el acompañamiento y la ayuda, siempre la solidaridad es importante que exista para ponerse en el lugar del otro y no mirarse el ombligo; pero nosotros estábamos enfocados en lo que hoy nos da la tranquilidad que es la planta de oxígeno.

-La decisión de cerrar el acceso al pueblo y controlar exhaustivamente quién entraba fue una apuesta importante también.

-Creo que fuimos pioneros en eso para poder armar, con la voluntad y el acompañamiento de muchos vecinos, el puesto de control que se montó. Porque lo que hoy está en los accesos está porque hubo vecinos que quisieron colaborar con los aspersores, la cabina sanitizadora, y el rol del estado también es ese, el de canalizar en algún momento la necesidad o la voluntad de algún vecino en particular, de alguna institución para poder estar a disposición. Ahora cuando uno tiene un Estado desorganizado o que le da miedo la participación lo que hace es restringir la posibilidad que tememos como distrito; es decir es el Estado más la voluntad. Y si la voluntad no aparece es el Estado solo, como a veces nos ha tocado, pero cuando la voluntad aparece tenemos que tener todo bien organizado para que esa voluntad se transforme en cosas concretas.

Como ocurre en toda comunidad pequeña, los comentarios y rumores acerca de quiénes estaban codeándose con el virus, si la municipalidad escondía los casos o no los informaba a tiempo empezaron a ser un gran problema. Comentarios, teléfonos descompuestos y toda clase de especulaciones surgieron en torno a los casos. Y ahí el papel de la Municipalidad y la mirada del gobierno local, que enseguida intercedió y habló directamente a la gente a través de conferencias de prensa transmitidas en directo fueron fundamentales para que no proliferara el dedo acusador ni la mirada condenatoria que se vio en las grandes ciudades. ¿Cómo manejaron la información cuando aparecieron los primeros sospechosos o casos positivos?

-Hay cuestiones que a veces uno intenta estar bien informado sobre lo que dicen u opinan algunos vecinos, lo que les parece, lo que alguien comentó para corregir alguna situación. Después hay alguna situación que a veces no tiene sentido: decir que nosotros ocultábamos un caso, como si que apareciera un caso en Punta indio, o dos, o tres, sería un fracaso del Estado municipal, cuando en realidad en el mundo, los países más desarrollados no lo pudieron contener. Nos parecía hasta una estupidez escuchar decir que ocultábamos casos. ¿Cuál sería el objetivo?, ¿durante cuánto tiempo podés hacerlo en un pueblo? Primero no tiene sentido ocultarlo, porque no lo podés tapar, y segundo si vos no avanzás sobre eso, si no hacés un buen trabajo que es ir a fondo con los contactos de ese caso, si ocultás uno a la semana tenés cien. Pero suele pasar, y el primer caso positivo sabíamos que iba a generar mucha tensión. Entonces lo que decidimos es no ir atrás de los comentarios sino decir cuándo hay un caso sospechoso. Y cuando no hay caso sospechoso, no ir corriendo y queriendo explicar lo que no existe.

Cuando aparecieron los casos positivos informarmos, salimos a explicarle a la gente porque todos tienen que estar informados para poder cuidarse. Todo ese tiempo que nos preparamos, que se modificó el hospital, que se preparó y capacitó al personal; y haber aparecido el primer caso como a los sesenta y pico de días nos sirvió para recibirlo mucho más preparados como comunidad. No olvidemos que en algunos lugares se estigmatizó a las personas, se hicieron movilizaciones, acá no; tuvimos tiempo de poder transmitir a la gente para que entienda de verdad que podíamos tener un caso. Yo nunca hice referencia a que teníamos que sostenernos en cero, veía la posibilidad de que hubiera casos. Cuando a la gente se la prepara con la realidad es más fácil que cuando aparezca el Caso 1 no quieran empezar a cuestionar a la persona ni a esa familia ni al Estado.

Al comienzo del aislamiento en Verónica se registró un caso de abuso policial contra un adolescente de 16 años que, tras haber violado la cuarentena, fue perseguido, golpeado y torturado por efectivos de la comisaría local a poco de decretado el aislamiento social preventivo y obligatorio. La sagacidad policíaca de aquellos primeros días a la hora de reprimir el «delito» de salir de casa, que terminó con varios jóvenes detenidos y con causas penales en su contra, contrasta con la inacción actual. Hoy todo está mucho, muchísimo más relajado

-Yo creo que hubo un momento en el que costó mucho más entender lo que era ese primer aislamiento; un momento en que no se entendió lo de la pandemia, y te diría hasta cuando ya estaba el anuncio presidencial. No nos olvidemos que la gente no entendía, porque se abarrotaba en la Costa Atlántica, venía a Punta Indio, iba a Pinamar, hay imágenes… y todo en pandemia.

Claro que una cosa es un operativo y otra un caso de violencia policial que va por otra parte. Yo creo que la presencia del Estado a través de la presencia de la Policía tenía que ver con algunas cuestiones del primer aislamiento que claramente no se había entendido. Si algún personal pudo haber cometido un hecho de violencia, lo cual es cuestionable, la Justicia deberá avanzar. Pero me parece que después hubo un tiempo donde empezó a verse que no era un chiste, y de hecho el Gobierno Nacional tuvo que avanzar y retroceder y cambiar los permisos porque no se entendía muy bien, parecía que eran quince días de vacaciones.

-Muchos se enojaron y aún siguen enojados porque no los dejan entrar al distrito para ver cómo están sus casas, por ejemplo.

-Si, por eso. Cuando digo que hubo un acompañamiento es porque si bien tuvimos estos casos, la realidad es que fueron mínimos para el movimiento que el pueblo suele tener. No hubo una plaza llena, un anfiteatro lleno, o las noches de los chicos hasta última hora, no se vio eso y hubo un gran respeto sobre eso. Hubo algunos infractores a ese aislamiento, la policía actuó en algunos casos bien, en otros muy mal, como en el caso que decís, pero está claro que la gente después entendió que había una situación complicada de verdad y en general se respetó.

Aprovechamos los momentos, porque pudimos hacer una administración inteligente de las salidas; nosotros siempre teníamos claro que esto no era una carrera de cien metros sino una maratón y uno para la maratón tiene que administrar el aire; acá nosotros teníamos que administrar las medidas para poder obtener a una comunidad lo más aislada posible durante el mayor tiempo posible. Entonces cuando tuvimos una ventana de tiempo importante pudimos implementar las caminatas que no se permitían en casi ningún lugar, cuando tuvimos un margen antes de tener casos hicimos que los chicos pudieran encontrarse con sus amiguitos y cuando veíamos que la cosa empezaba a complicarse en el AMBA justo cuatro días antes o una semana antes del primer caso, anunciamos que ya no era tan seguro que los chicos estuvieran compartiendo casas; pero eso fue una medida positiva que descomprimía con los chicos, pero también en un momento vimos que estábamos en una situación más compleja y dijimos que no se podían hacer más esos encuentros.

-Se acaba de extender una hora más el horario comercial y ahora cierran a las siete.

-Eso es un poco lo que planteamos: evaluar las medidas que vamos tomando en función de cómo está nuestro sistema de salud. Hoy tenemos una disponibilidad mejor que en un año común, es un dato real. Nosotros en un año con un invierno como este tendríamos casi la totalidad de las camas con personas con problemas respiratorios. Por eso creo que de esta pandemia tenemos cosas que aprender para que como comunidad no volvamos a cometer errores.

-¿Por ejemplo, qué cosas?

-Una persona que está engripada no puede salir; un chico que está enfermo no tiene que ir a la escuela, tiene que curarse en su casa; no podemos esperar hasta que falte solo porque no da más de la fiebre y contagie a todos los demás chicos. Hoy prácticamente no tenemos consultas pediátricas, no tenemos personas internadas por enfermedades respiratorias.

-No hay accidentes de tránsito casi.

-Hay menos accidentes de tránsito, que eso seguramente cuando se mueva todo vamos a volver a tener. Pero hay cuestiones que tienen que ver con la salud y el tema del horario comercial estaba vinculado con eso, con que la gente no espere afuera del local a que le toque el turno a la intemperie; si eso pasa a las siete ocho de la noche de invierno lo que logramos es que al día siguiente tenga algún síntoma de gripe; seguramente no de coronavirus pero sí de gripe. Y nosotros una cama ocupada con una gripe común o una cama ocupada con coronavirus es una cama ocupada, eso es lo que teníamos que evitar.

Entonces el esfuerzo de los comerciantes que muchos comprendieron y a muchos les cuesta, permite que hoy tengamos el hospital libre, con cama oxígeno y respirador. Y como los días se empiezan a estirar y las seis de la tarde ya no es una noche de humedad y sí una tarde más agradable, ampliamos; porque la idea es hacer una administración inteligente.

-En medio de una campaña que profería «la libertad» frente a la cuarentena el 9 de julio hubo una caravana vehicular opositora en Verónica, a tono con lo que pasaba en las grandes ciudades aunque no fue tan peligrosa como allí porque fue en auto. ¿Qué lectura hacés de eso?

-Yo creo que en fondo hay una cuestión que no está vinculada a la pandemia sino que es en contra del gobierno. Está claro que mientras el mundo reconoce que la Argentina hizo hasta el momento un manejo muy interesante de la pandemia, hay sectores que incluso a pesar de que muchos de ellos no están perjudicados en lo económico, protestan… Y cuando hablamos de libertad no estamos hablando de la libertad que involucra a una sola persona; en realidad la libertad de uno pone en riesgo la vida de otro o la propia, porque de hecho varios de los que estuvieron en algunas manifestaciones ya no están: varios se murieron, otros se contagiaron, otros están internados. Yo creo que es más eso que vinculado a un reclamo concreto; a veces uno trata de pensar de qué fue la movilización y te cuesta… ¿ es «la libertad de que no querés hacer un aislamiento»?

-¿Acá también? Porque llamó la atención que quien encabezaba la manifestación era el presidente de la Sociedad Rural de Punta Indio, que es parte del comité de crisis local.

-Si. Yo creo que fue una cuestión política, no hablé con él y tampoco me quedó claro qué es lo que se reclamaba acá. Uno puede escuchar a nivel nacional pero acá, fueron dos vueltas de un grupo de gente andando en auto reclamando algo, que en este caso no me quedó claro qué; si lo que reclamaban era la libertad como lo que decían en Buenos Aires creo que no es coherente estar planteando en la Junta (Municipal de Defensa Civil) lo que tenemos que hacer para contener la pandemia; si es otro reclamo que de verdad no lo sé y tiene que ver con una cuestión política, ideológica o no sé qué, está bien, que hagan un reclamo; en definitiva no es un buen momento para movilizar porque le estamos diciendo a la gente que hay que ser muy conscientes con lo que hacemos, que hay que estar en casa lo máximo posible y una movilización que si bien fue adentro de los vehículos, no es un buen mensaje en estos momentos.

Cualquier otra cuestión se puede discutir superando esta pandemia; hoy estamos en este momento muy complejo donde cualquier cosa que no sea seguir estando conscientes de que estamos en riesgo no es positivo.

-¿Cómo evalúas el rol de la oposición en la movida puntaindiense contra la pandemia?

-Yo creo que estuvieron bien, laburamos sin problemas y han hecho su aporte. No sentí en ningún momento un problema con la oposición. Lo tengo que decir de verdad, desde el primer día hasta el día de hoy…

-Se levantaron de las bancas cuando iban tratar algo importante para la Municipalidad.

-Pero era una discusión no vinculada a la pandemia, es un proyecto que pueden tener una mirada distinta.

-Pero ese proyecto servía para juntar fondos para la pandemia también.

-Sí, está bien. Pero es una mirada un poco más política; digamos que por eso uno no va a condenar a una oposición porque no está de acuerdo con un proyecto. Para ser honesto, en la pandemia y en el proceso que venimos llevando en estos más de cien días siento que fueron responsables. Cuando tuvieron alguna duda, cuando tuvieron preguntar algo preguntaron, cuando tuvieron que aportar algo lo aportaron, y lo hicimos trabajando en diálogo. Después no coincidir en alguna cuestión no es justo decir que traban algo. Son oposición y pueden no coincidir y deberemos discutirlo y tratar de llegar a un acuerdo pero la realidad es que para mí la oposición no fue un problema.

-Para cuando nos queramos acordar empieza un año electoral ¿cómo ves el futuro del Frente de Todos y tu gestión también de cara a una campaña legislativa?

-La cuestión electoral no la vamos a pensar hasta que salgamos de esta pandemia, porque si entendemos de verdad el riesgo que tenemos no podemos cometer el error de estar pensando en la elección del año que viene. Pero está claro que va a haber una elección y que algunos van a hacer política. Nosotros también vamos a hacer política. Desde lo personal creo que administrar una pandemia y evitar un error que pueda poner en riesgo la vida de alguien es lo que a mí me ocupa. Porque un error nuestro, una distracción nuestra no es un error común, no es que le erramos a un cordón cuneta y quedó torcido; estamos hablando de que con un mal manejo de la pandemia lo que hacemos es perder credibilidad cuando le decimos a los vecinos que nos está pasando esto y lo otro, que hay que cumplir esto y lo otro.

Creo que lo que primero tenemos que hacer es pasar esta pandemia, que todavía no la superamos, seguramente llegando a fin de año por lo que están diciendo vamos a estar saliendo de esto y lo que creo que va a necesitar claramente Punta Indio y la Nación en su conjunto es una fuerte presencia del Estado. Si ese Estado sale fuerte, si después de esta pandemia, que dejará una fuerte crisis económica el Estado sale a poner en el lugar que tiene que ponerse como Estado, para poder generar trabajo, poder generar obras y hacer que la actividad económica vuelva a girar, eso nos va a dejar bien posicionados en la cuestión política del año próximo.

-En el municipio tomaste algunas decisiones en ese sentido formando un gabinete de Turismo sumándolo a Desarrollo Económico, en uno de los sectores más golpeados que ocupa a casi toda la gente de toda una comunidad como Punta del Indio. ¿Cómo vas a administrar eso?

-En este Estado presente, en esta salida de la pandemia creo que lo que tenemos que hacer es analizar esto no sólo desde la mirada del Ejecutivo, por eso compartimos la mirada con los mismos operadores turísticos, la oposición misma, porque el desafío es repensar Punta Indio. Sabemos que no va a ser el mismo turismo que veníamos haciendo, por lo menos este año; por lo tanto esta idea que el área de Desarrollo Económico ya no tenga un papel preponderante y no sea la mirada de una sola persona, es porque necesitamos repensar el turismo, porque la gente que pueda llegar a salir si Dios quiere esta primavera y en el verano ya no va a buscar la masificad de las cosas, esa imagen que publicábamos como éxito de un evento atestado de gente seguramente no sea lo que atraiga ahora a un turista, y sí sea esa imagen de una calle muy linda y arbolada con una mariposa. Y ofrecerle a los posibles turistas un lugar seguro, que tiene que ver con los espacios públicos, la seguridad de los eventos que propongamos, que van a tener una lógica distinta.

Entonces creo que lo que tenemos que hacer a partir de esta pandemia, que va a ir bajando su intensidad, es generar una actividad económica, pero repensando. Hay un turismo distinto, hay un sector que viene muy golpeado todavía aunque el gobierno provincial empezó a tirar alguna idea, un acompañamiento pero está claro que va a ser una temporada distinta a la que conocimos. Esto que es distinto necesita una estrategia, y no vamos a trabajar solo con este gabinete que es mucho más amplio, sino que también sumaremos a los emprendedores turísticos que ya están repensando su actividad y que tienen una infraestructura que tiene que mejorar para lo cual empezamos las gestiones con la provincia para ayudarlos.


Fotos: L.A.