Una enfermera del Hospital Garrahan escribió una carta abierta al presidente Javier Milei, luego de que este anunciara su intención de montar una obra de teatro “a beneficio del Garrahan”. “No somos Carmelitas descalzas, no pedimos caridad. Necesitamos sueldos dignos y presupuesto”, afirmó la trabajadora de la salud en el texto.
El comentario de Milei se produjo durante una entrevista con el streamer El Gordo Dan en el canal oficialista Carajo, donde adelantó que está preparando una obra titulada Juicio al capitalismo. Según explicó, él mismo actuará en la puesta junto a sus “rubias voluptuosas”, y lo recaudado sería destinado al hospital pediátrico de alta complejidad.
La respuesta llegó rápidamente. Mercedes Méndez, enfermera del Garrahan, decidió escribirle al presidente en su día de descanso. A través de una carta abierta, expresó el malestar del personal de salud ante lo que consideró una propuesta superficial frente a los problemas estructurales del hospital.
“Lo que necesitamos no es un show, sino recursos para garantizar una atención de calidad y condiciones laborales dignas”, planteó Méndez, en representación de un sector que desde hace meses reclama mejoras salariales y presupuestarias.
EL TEXTO COMPLETO DE LA CARTA:
Señor presidente: pensé mucho en invertir mi tiempo de descanso para responderle, pero hay situaciones que, aunque nos cuesten, es mejor no dejarlas pasar, ni minimizarlas, ni naturalizarlas.
La crueldad a mi entender, es una de ellas.
Aún sigo sin tener la medida precisa del cinismo que practican algunos políticos. Realmente el suyo se supera a diario. No festeje. Tranquilo. Puede ser su perdición.
¿Desde qué pedestal cree tener el derecho de bardear, boludear, chicanear a los trabajadores del hospital Garrahan?
Usted no tiene ni idea del trabajo que desarrollamos a diario cada uno de los laburantes de ese hospital pediátrico de alta complejidad. Hospital que se mueve día a día con el esfuerzo físico y mental de cada uno de los trabajadores del equipo de salud que lo conformamos.
Usted, señor Presidente, no tiene ni idea de lo que significa atender a niños gravemente enfermos y a sus familias. No tiene ni idea de lo que significa contener, sostener y acompañar a una familia quebrantada por la enfermedad y/o muerte de un niño. Tampoco tiene idea del costo que significa para cada uno de nosotros lidiar a diario con el sufrimiento, propio y ajeno.
Podría seguir enumerando todas las situaciones de las que usted, señor Presidente, no tiene ni idea, pero como le dije es mi día de descanso y no quiero malgastarlo.
Señor Presidente, este sencillo escrito nace de la incredulidad de leer sobre ese payasesco anuncio de una obra de teatro que lo tendría a usted como actor y que “gentilmente” ofrecería a beneficio del Hospital Garrahan.
Señor Presidente, los trabajadores del Hospital Garrahan no somos Carmelitas descalzas, no necesitamos caridad, necesitamos sueldos dignos, necesitamos régimen de insalubridad, necesitamos aumento de presupuesto, necesitamos que su gestión deje de aplicar un ajuste criminal que desfinancia el hospital pediátrico de mayor complejidad, con el solo objetivo de lograr su destrucción. Ajuste que está provocando –intencionalmente- una triste sangría (avalada por títeres internos que hacen cumplir su política), con pérdida abismal de nuestro poder adquisitivo, con cantidad de trabajadores, muchos profesionales de excelencia que buscan otros destinos mejor remunerados y reconocidos para seguir ejerciendo su trabajo: nada menos que cuidar niños gravemente enfermos.
Señor Presidente, usted cómo va a saber todo esto, si está ocupado viajando mucho, ocupado entre otras cosas, de profundizar un modelo extractivo de endeudamiento, saqueo, contaminación, enfermedad y muerte. Tal vez sería bueno que, entre viaje y viaje, pueda informarse un poco más. Y digo informarse un poco más, porque no crea que es gratuito reírse o chicanear a los trabajadores del Garrahan.
Si lee un poquito o tal vez alguno de todos sus asesores puedan hacerle un resumen rapidito, en el Garrahan tenemos una larga trayectoria de lucha.
Y de ganar las luchas, no vaya a creer.
Si tiene unos minutos, señor Presidente, puede remontarse al año 2005. Sí, justo este año se cumplen 20 años ya de esa lucha emblemática que quedó en la historia de los trabajadores (por eso seguramente usted no la recuerde); lucha que emprendimos luego de que otros gobiernos también nos trataran como descarte.
Y, señor Presidente, en ese año, la respuesta fue categórica: organización, unidad y plan de lucha, lejos de partidos patronales y de burocracias sindicales. Con la asamblea de trabajadores como método.
Señor Presidente, de verdad, si lo googlea – ya que le gustan tanto las redes -, no lo va a creer. Hasta nos trataron de “terroristas sanitarios”, y no aflojamos. Así ganamos en ese momento, lo puede buscar, ya es historia. No se pierda esta data, tal vez le pueda servir para adivinar el futuro.
Señor Presidente, sea cuidadoso, infórmese y trate de no maltratar a los trabajadores del hospital Garrahan, no tiene ni idea de lo que somos capaces cuando nos hartamos y organizamos. Imagínese que nos vemos a diario, cara a cara, con la más cruel de las muertes, mire si vamos a tener miedo.
Señor Presidente hágame un favor, en este país que día a día, gracias a su política, aumenta su número de pobres, dedíquese de una vez por todas al cargo para el que lo eligieron y abandone la fantochada de ser “actor”, ese rubro que es muy serio y que es parte de la valiosa cultura de este país, déjelo a los actores, a esos que también viene cínicamente maltratando, a través por ejemplo, de la desfinanciación del INCAA.
Señor Presidente, para ir terminando, le recuerdo que muchos de nosotros somos hijos paridos por la hermosa lucha de las Madres de esos 30.000 compañeros detenidos – desaparecidos que dieron su vida por un mundo más justo y que, usted y sus aplaudidores, dicen desconocer; por lo tanto, muchos somos perseverantes y creemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
Señor Presidente, no lo olvide: Memoria, verdad y justicia. Ayer y hoy. No necesitamos su caridad. Basta de cinismo y crueldad. Basta de ajuste criminal. En defensa de la salud pública siempre.
Y créame, señor Presidente, que estas líneas fueron escritas con mucho más respeto del que yo recibo como trabajadora, desde que usted asumió su gestión.
Gestión que – por otro lado – no solo le quita medicación, comida y beneficios a los jubilados, sino que los apalea cruelmente cada miércoles en la Plaza del Congreso.
Sinceramente:
Lic. Mercedes –Mechi- Méndez
Enfermera pediátrica
Pd.: Señor Presidente, hablando sobre este tema con Bruna, mi noble perra ovejera alemana – muerta hace unos años lamentablemente – ella me recordó que estaría bueno este poema del Nano Serrat para ilustrar la esquela. Espero le guste. Ella sabe.
“Disculpe el señor
Si le interrumpo, pero en el recibidor
Hay un par de pobres que
Preguntan insistentemente por usted
No piden limosna, no
Ni venden alfombras de lana
Tampoco elefantes de ébano
Son pobres que no tienen nada de nada
No entendí muy bien
Sin nada que vender o nada que perder
Pero por lo que parece
Tiene usted alguna cosa que les pertenece”.