El gobierno de Javier Milei tuvo un rotundo fracaso en la licitación de la hidrovía, un contrato de 9.000 millones de dólares, fue finalmente impugnada por la justicia, y la mayoría de los oferentes decidió retirarse para evitar denuncias de corrupción.
Como en una comedia de enredos, la empresa belga Deme que venía denunciando que el asesor Santiago Caputo estaba direccionando el proceso hacia la también belga Jan de Nul, fue la única que presentó oferta.
La licitación explotó ayer cuando la Procuración de Investigaciones Administrativas (PIA) condenó el proceso licitatorio y advirtió que estaba diseñado para favorecer a un oferente. La PIA se pronunció en base a una denuncia de la Coalición Cívica.
Esta tarde el vocero Manuel Adorni anunció la decisión de dar de baja la licitación. «Llama la atención que la única que se presentó fue la empresa que impulsó acusaciones de direccionamiento«, dijo.
Lejos de tomar en cuenta el informe de la PAI, el gobierno apuntó contra Deme. «Le pediremos a la Comisión Defensa de la Competencia que investigue por presión a la única oferente sobre el resto de las empresas«, agregó Adorni.
El informe habilitaba denuncias judiciales y las empresas quisieron evitarse ese riesgo. El impacto del pronunciamiento fue tal, que ejecutivos de las competidoras se retiraron de la apertura luego de llamadas urgentes en sus iphones.
«Ni Jan de Nul se presentó. Ninguna de las 11 empresas que participaron confirmaron, para no quedar pegadas al mamarracho de la licitación. Quedó expuesto el nivel de corrupción en la privatización de nuestra cuenca», expresó en sus redes el documentalista e integrante de Abogades Ambientalistas, Alejo di Risio.
«De esta manera desastrosa quieren entregar el río del cual dependen 12 millones de personas por 30 años, con posible prórroga por 30 más. Es un negocio que se estima en más de u$d 12 mil millones a lo largo de su duración. Mientras media Argentina se prende fuego la minera Vale, la china Cofco, la estadounidense Cargill, la francesa Dreyfus y la neerlandesa Bunge piden que se destruya la integridad del río para exportar cada vez más«, agregó el director de la película Por el Paraná, que aborda la problemática.