Durante su breve paso por la Argentina, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con Cristina Fernández de Kirchner en su domicilio del barrio porteño de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria por la causa Vialidad.
El encuentro duró cerca de una hora. Lula llegó al edificio de la calle San José 1111 alrededor de las 12.30 y se retiró pasadas las 13.30. A su salida, saludó con un gesto a los militantes que se habían acercado a manifestar su apoyo. La visita fue autorizada por el juez Jorge Gorini, a cargo del Tribunal Oral Federal 2, quien recordó que debía respetarse la regla de no alterar la convivencia vecinal impuesta como condición de la detención domiciliaria.
Participaron también de la reunión el diputado Eduardo Valdés (UxP) y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quienes permanecieron con la expresidenta después de la partida de Lula.
“El encuentro con Lula fue un acto político de solidaridad”, escribió la expresidenta a través de un extenso mensaje en redes sociales, donde denunció una “deriva autoritaria” del gobierno actual.
Calificó la situación actual del país como un “programa de miseria planificada” y acusó a la gestión libertaria de ejercer un “terrorismo de Estado de baja intensidad”.
En su mensaje, criticó los recortes de gas en plena ola de frío, la represión a manifestantes, las detenciones sin orden judicial, la vigilancia en redes sociales y los ataques a la prensa.
En ese sentido, recordó el caso del reportero gráfico Pablo Grillo, hospitalizado tras la represión en una marcha de jubilados. “Reporteros Sin Fronteras ya señaló que Argentina fue el país con la mayor caída en libertad de prensa en el mundo”, sostuvo, aludiendo a la pérdida de 47 posiciones en los últimos dos años.
Cristina también cuestionó el nuevo plan de inteligencia que habilita el espionaje interno sobre quienes «erosionen la confianza» en el relato oficial. «¿Quién decide qué erosiona la confianza? ¿Caputo? ¿Karina? ¿Conan?», ironizó.
A través de su mensaje, la exmandataria comparó al gobierno de Milei con el experimento neoliberal de los Chicago Boys en la dictadura chilena: “Quieren convertir al país en el laboratorio de los Caputo Boys: salarios de hambre, privatización total y entrega absoluta al FMI”.
Llamó a la militancia a organizarse y recordó la movilización del pasado 18 de junio en Plaza de Mayo. Finalizó su publicación con una crítica directa a Milei: “Tarifas por las nubes, estufas apagadas, vos hablando de que hiciste un buen trabajo en el Mercosur… ¿y dejaste Mar del Plata sin gas? Dale hermano, seguí vendiendo humo… lástima que no calienta”.