El último fin de semana largo volvió a encender las alarmas en el sector turístico de la provincia de Buenos Aires. El ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Augusto Costa, calificó como “preocupantes” los indicadores de actividad y atribuyó la fuerte caída al modelo económico del gobierno nacional encabezado por Javier Milei, así como a la falta de políticas activas desde el área de Turismo que lidera Daniel Scioli.
A través de un análisis difundido en su cuenta oficial de X, Costa señaló que el movimiento turístico fue un 19 por ciento inferior al del año pasado, incluso teniendo en cuenta que este año el feriado fue de tres días, contra los cuatro de 2024. Según detalló, no solo se registró una menor cantidad de visitantes: la ocupación hotelera cayó en casi todos los destinos y el consumo también se redujo de forma significativa. “La ocupación en la Provincia bajó considerablemente y el gasto se desplomó cerca del 39 por ciento. Es decir: la gente viaja menos y gasta menos”, resumió. Entre los ejemplos más significativos que mencionó el funcionario se destacan: Mar del Plata, con una ocupación del 50 por ciento (20 puntos menos que el año anterior); el Partido de la Costa, con un 31 por ciento (-20); Villa Gesell, 45 por ciento (-7); Pinamar, 43 por ciento (-25); Tigre, 42,3 por ciento (-27) y Mar Chiquita, con apenas un 24 por ciento, lo que representa una caída de 33 puntos porcentuales.
Costa también alertó sobre el impacto a nivel nacional. “Mientras cae el turismo interno, también disminuye el turismo receptivo y crece el emisivo. El atraso cambiario hace que vengan menos extranjeros y que cada vez más argentinos viajen al exterior. El resultado es una fuga de divisas en pleno contexto recesivo”, advirtió.
Según remarcó, esta situación contrasta con los esfuerzos realizados desde los municipios bonaerenses, que durante el fin de semana organizaron fiestas populares, ferias, actividades culturales, deportivas y propuestas gastronómicas para atraer visitantes. Sin embargo, las iniciativas no alcanzaron para revertir el panorama. De hecho, la Subsecretaría de Turismo provincial ya había anticipado una fuerte caída durante Semana Santa, con una merma del 47,3 por ciento en el flujo turístico en comparación con el mismo período de 2024.
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también confirmaron la tendencia de retracción: durante los feriados de junio viajaron 2.162.750 personas por todo el país, lo que representa un 16,6 por ciento menos que en igual fecha del año anterior. El gasto total, ajustado por inflación, retrocedió un 27,9 por ciento y la estadía promedio se redujo a solo 2,2 noches. Predominó un consumo austero, con menos gasto en recreación, comidas y compras.
El caso bonaerense preocupa especialmente por el rol central que el turismo cumple en la economía de muchas localidades del interior. En Chascomús, por ejemplo, la ocupación apenas alcanzó el 40 por ciento, con un gasto diario promedio de 82.000 pesos, lo que refleja los esfuerzos del sector por sostenerse en medio de la recesión.
Para Costa, este escenario no responde a factores coyunturales, sino a una consecuencia directa del rumbo económico del gobierno nacional. “Este derrumbe no es casual. Es el resultado del modelo económico vigente y de la ausencia total de políticas para fomentar el turismo local”, sostuvo. Y agregó: “El turismo necesita un Estado presente, que invierta en infraestructura, promueva el mercado interno y defienda el empleo. Hoy vemos lo contrario: un país cada vez más cerrado para su propia gente”.