El fotógrafo Pablo Grillo fue dado de alta esta mañana, pasadas las 10:15, del Hospital Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires, donde permaneció internado durante casi tres meses. Grillo había sido hospitalizado tras recibir un impacto de cartucho de gas lacrimógeno en el cráneo durante una marcha en apoyo a los jubilados, evento en el que la policía federal actuó en el marco de las protestas.
Según informó su padre, Fabián, Pablo continuará su proceso de recuperación en el Hospital Manuel Rocca, mediante una internación programada.
El subdirector del Hospital Ramos Mejía, Juan Pablo Rossini, expresó su satisfacción por la evolución del paciente: «Nos emocionó mucho la salida de Pablo en este estado, después de haberlo visto tan crítico y grave. Esto refleja los valores y la calidad de la salud pública en nuestro país».
Asimismo, destacó el trabajo del personal sanitario: «Es importante reconocer el esfuerzo de todo el equipo, desde los camilleros hasta los especialistas en neurocirugía y terapia intensiva, quienes trabajaron arduamente y con dedicación durante todo el proceso, enfrentando múltiples complicaciones».
Por su parte, Andrés, amigo cercano de Pablo, compartió su alegría con los medios: «Es muy fuerte. Lo que ocurrió aquel 12 de marzo fue impensado, y ahora verlo recuperándose es una alegría inmensa. Pablo es vecino mío, vive a dos casas de la mía, y somos amigos de toda la vida. Para mí, es como familia».