Israel afirmó hoy que el país está «en guerra» tras el sorpresivo ataque por tierra, mar y aire de milicianos palestinos, que incluyó la captura de soldados y civiles en localidades fronterizas, y aseguró que el movimiento Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, pagará «un precio sin precedentes», en una nueva escalada de violencia que dejó decenas de muertos y heridos.
«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No es una operación, no son rondas de combates, es una guerra», indicó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un video difundido en sus redes sociales.
El ejército indicó por la noche que libraba libra combates en 22 lugares del territorio israelí con «cientos de infiltrados», pero que había recuperado el control de la mayor parte de las comunidades fronterizas con la Franja a las que habían ingresado milicianos palestinos.
Las autoridades confirmaron que una cantidad «considerable» de civiles y soldados israelíes están retenidos como rehenes en la Franja de Gaza por miembros de Hamas.
«Hamas inició una guerra cruel y malvada. Ganaremos esta guerra, pero el precio será alto», afirmó Netanyahu en la noche del sábado.
En un segundo mensaje que emitió por las redes sociales, Netanyahu advirtió que «esta guerra llevará tiempo. Será difícil. Nos esperan días desafiantes». «A los residentes de Gaza les digo: váyanse ahora porque actuaremos con fuerza en todas partes», agregó.
Los servicios de emergencias israelíes informaron que al menos 200 personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas durante el día.
La parte palestina, en tanto, comunicó que hay al menos 230 fallecidos y 1.650 heridos por la respuesta israelí en la Franja de Gaza.
La nueva escalada de violencia, que coincidió con los 50 años de la guerra de Yom Kippur, en la que Israelí sufrió un sorpresivo ataque por parte de Egipto y Siria, comenzó con un lanzamiento masivo de cohetes desde varios puntos de la Franja de Gaza a partir de las 6:30 horas (00:30 de la Argentina).
El portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, mencionó que al menos 2.200 cohetes fueron disparados, mientras que Hamas reivindicó el lanzamiento de 5.500 proyectiles.
Las sirenas sonaron tanto en el sur de Israel como en Jerusalén y la policía pidió a la población permanecer cerca de los refugios antiaéreos.
Como respuesta, el Ejército israelí ratificó lo anunciado previamente por Netanyahu y anticipó que miles de reservistas fueron llamados a filas para operar en Gaza, así como en el norte del país, cerca de las fronteras con Líbano y Siria, y en la ocupada Cisjordania.
A la vez, lanzó una serie de ataques aéreos contra la Franja de Gaza. En esos operativos, las fuerzas informaron que bombardearon «dos edificios de varias plantas» en Gaza.
Por su parte, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció hoy que esos ataques mataron a dos trabajadores sanitarios.
«Las fuerzas israelíes atacaron el hospital indonesio del enclave y una ambulancia frente al hospital Nasser, en el sur de Gaza. Los ataques mataron a una enfermera y a un conductor de ambulancia, hirieron a varios y dañaron una estación de oxígeno», comunicó la ONG en su cuenta de la red social X.
Por su parte, el jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, declaró hoy que vislumbra «una gran victoria» en la ofensiva general lanzada contra Israel desde la Franja de Gaza.
«Estamos a punto de lograr una gran victoria y una clara conquista en el frente de Gaza», manifestó en un discurso emitido por la televisión Al Aqsa, dirigida por el grupo armado.