La Cooperativa Agropecuaria del Samborombón recibió en octubre un predio de 20 hectáreas para desarrollar un proyecto avícola, de huerta y forrajes en la Zona Industrial Planificada de Punta Indio. Pero no puede avanzar porque concejales puntaindienses de Juntos por el Cambio se niegan a firmar una autorización para que instalen los galpones en una parte del predio donde no necesiten rellenar.
Por Laura Acosta
Hay personas a las que todo les cuesta el doble; a quienes progresar, mejorar su calidad de vida, proyectar un futuro mejor para sus hijos y su familia, se les presenta como una odisea. Esas personas, que no se movilizan en camionetas 4×4, raramente son propietarias de algún pedazo de tierra y, casualmente, la vida nunca las ha encontrado del lado de los beneficiados del sistema, habitan múltiples rincones del planeta, entre ellos esa porción del distrito de Punta Indio que alguien dijo que se llama La Viruta. Peones, alambradores, caseros, tamberos un día decidieron dar el paso y, alentados por un vecino que sí tuvo algunas otras oportunidades, se conformaron en la Cooperativa Agropecuaria del Samborombón.
Gestionando contra viento y marea, y a pesar del desánimo de algunos concejales que en un principio se negaban a cederles parte del campo que desde el 2001 duerme sobre la ruta 36 esperando algún día la llegada de industrias, en menos de un año no solamente lograron que se haga efectivo el primer desembolso del subsidio logrado ante el Estado Nacional de 21 millones de pesos, sino que además, a pesar de la pandemia y de los escollos que intentaron desalentarlos, hoy están a una firma de poder consolidarse como autogestores de sus sueños. Sueños de 41 familias de Lezama, Bavio, Canal 15, Ranchos, Chascomús y Jonte –entre otros lugares- que se juntan mensualmente y hasta encaran trabajo social como ayudar a comedores y festejar el Día del Niño en La Viruta.
Desde hace tres meses, Mara, su hijo Alfredo (casi 18) y su esposo Javier Lencina están instalados en una de las tres casitas que, según consta en el proyecto presentado a la Municipalidad y aprobado por el Concejo, se levantarían para albergar a los responsables de los diversos emprendimientos que coexistirán en veinte de las treinta hectáreas que el Estado Municipal les cedió en comodato: la granja para cría avícola, con los galpones para la cría y recría; la quinta y los forrajes y la planta de alimentos, con los silos y todo. No sólo pagaron la edificación de la vivienda, sino que además solventaron parte del alambrado perimetral (ya hicieron los postes de hormigón), compraron un tractor y pagaron la instalación eléctrica del predio.
Pero, a diferencia de lo que tanto ellos como las cuarenta familias que conforman la cooperativa creían, lo que no logran es que los concejales de Juntos por el Cambio den quórum en la comisión Contable, Legal y Administrativa del Concejo para sacar el despacho y oficializar así el cambio de ubicación de los galpones de cría. “Cuando vino el agrimensor del Municipio a medir nos hizo ver que la ubicación de los galpones era muy mala; si los poníamos según los planos, íbamos a tener que echar como cien camiones de tierra para rellenar, porque hay una diferencia de un metro entre ese lugar y este. Por eso planteamos cambiar la ubicación, y para eso tienen que aprobar una ordenanza nueva”, explica Alfonso Aughy, presidente de la cooperativa.
“Fuimos al Concejo Deliberante, nos reunimos con (Gerardo) Landa, Melisa (Franzoni) y Laura (Perugorría), y ellos mismos nos dijeron que nos fijemos dónde íbamos a poner los galpones. Ahora queremos que trate esta modificación y se niegan a hacerlo”, agregó Aughy.
“Lo que pasa es que nosotros no somos hijos de…, y acá está claro que tienen una rivalidad con el Municipio. Desde un principio no querían que nos den este predio y nos decían que nos estaban usando porque la plata del subsidio quedaría para ellos”, acota Mara Villarreal, esposa de Lencina y orgullosa cooperativista. “Para mi esperaban a que fracasemos; porque primero ni nos querían dar el predio porque no teníamos registro, después que no les avisamos a ellos antes de montar la casilla, siendo que en ningún lado dice que tiene que estar ubicada en algún lugar específico… Jamás vinieron a vernos, Landa pasa todos los días por acá cuando se va a su casa, y nunca paró a preguntarnos cómo estábamos o si precisábamos algo”, añadió.
El argumento de Gerardo Landa, candidato a la reelección como concejal de la lista del PRO en la alianza Juntos, es que “acá estamos acostumbrados a que primero hacemos las cosas como se nos antoja y después adaptamos la norma, y no es así”. Landa manifiesta de esta manera el malestar que generó en la oposición la instalación de la casita de madera y la presentación en el terreno de dos silos pequeños que servirán para acopiar el alimento de los pollos. “En marzo, ni bien dieron (los cooperativistas) el primer paso, lo primero que hicimos fue mandar una nota al Ejecutivo y nos reunimos en forma personal para decirles que otra vez estaban haciendo las cosas mal, porque instalaron la casilla antes de la solicitud de permiso, y eso que cuando se votó la ordenanza de cesión del predio se formó una comisión que se puso en marcha recién este año y no fuimos consultados”, argumentó Landa.
-De todos modos ustedes nunca estuvieron demasiado de acuerdo con este proyecto, porque se negaban a aprobar la cesión.
-Nosotros desde que nos empezaron a hablar, en octubre y a las apuradas como siempre, porque supuestamente los cooperativistas perdían el subsidio, ya les dijimos que estábamos haciendo una excepción, porque la ordenanza dice que esa es una Zona Industrial Planificada, es decir reservada para que se instalen industrias, no producción agropecuaria…
-Es cierto eso, pero …
-Pero la ordenanza y las normas lo dicen. Cuando el Ejecutivo municipal adquirió ese predio lo hizo con el fin de que se instale allí un Parque Industrial, y fue en el 2018 que Juan (D´Amico) hizo la ordenanza para que se implemente la Zona Industrial.
-Sí, fue decisión del intendente Luis Colabianchi que se destine el predio para el Parque Industrial. Pero fue hace veinte años, hoy hay otro mundo…
-Yo no voy a aprobar algo que no es mío y que no tiene su origen en lo que debe ser. Hicimos una excepción, pero hay que cumplir con las normas. Yo se los dije ni bien empezaron que iban a tener que rellenar. Lo que pasa es que acá estamos acostumbrados a primero hacer las cosas como se nos antoje y después adaptamos la norma, y yo no estoy de acuerdo.
-¿Los obligarían a invertir en 100 camiones de tierra en vez de aprobar esta nueva ordenanza? Es una cuestión de forma, no de fondo.
-Si están violando una norma es una cuestión de fondo, no de forma.