Silvia «Goldie» Legrand, actriz y hermana gemela de Mirtha Legrand, falleció hoy a los 93 años, tras casi medio siglo alejada de la actividad artística pero parte de un linaje familiar que es sinónimo del espectáculo en la Argentina.
Silvia nació junto a Mirtha el 23 de febrero de 1927 en Villa Cañás, provincia de Santa Fe, bajo el nombre real de María Aurelia Paula Martínez, hermanas dos años menores de José Antonio Martínez Suárez, reconocido cineasta fallecido en agosto de 2019, también a los 93 años.
Pero al contrario que sus dos activos hermanos, «Goldie» dejó la actuación y nunca regresó en 1972 tras asumir el rol de Mariquita Sánchez de Thompson en la película “Juan Manuel de Rosas” dirigida por Manuel Antín.
Su trayectoria cinematográfica se había iniciado en los 40, década en la que participó en 11 de los 16 filmes que la contaron en su elenco, desde que irrumpió junto a Mirtha en “Hay que educar a Niní”, bajo las órdenes de Luis César Amadori.
En 1941 filmó cuatro películas: su primer protagónico junto a su melliza y también con Amadori tras la cámara en “Soñar no cuesta nada”; “La casa de los cuervos”, de Carlos Borcosque; “Novios para las muchachas”, de Antonio Momplet; y “El más infeliz del pueblo”, de Luis José Bayón Herrera, estelarizada por Luis Sandrini y también con María Eva Duarte en el reparto.
Un año después bajó un escalón en cuanto a producción pero tuvo tres protagónicos: dos con dirección de Amadori (“El tercer beso”, junto a Pedro López Lagar y “Claro de luna”, en yunta con Mirtha) y “Un nuevo amanecer”, de Borcosque, donde encabezó con Carlos Cores.
Hacia 1943 estuvo al frente del reparto en “Su hermana menor”, de Enrique Cahen Salaberry; en 1944 lideró en “El juego del amor y del azar”, de Leopoldo Torres Ríos; y “Siete mujeres”, de Benito Perojo.
Pero ese mismo años se casó con el coronel del ejército, Eduardo Lópina y a tono con los personajes de ficción que encarnó en la época, dejó por amor prácticamente la actividad cinematográfica y tuvo dos hijas: Gloria y Mónica.
Estuvo 15 años alejada de los sets, pero desde 1959 volvió con más papeles centrales en “Campo arado”, de Leo Fleider; y un año más tarde protagonizó “El bote, el río y la gente”, de Cahen Salaberry; e hizo dupla con Mario Soficci en “Los acusados”, de Antonio Cunill (hijo).
Aunque ya había incursionado en la TV con “Sol, mar y Silvia”, en 1962 se dio un poderoso regreso de la dupla de hermanas Legrand al cine en “Bajo un mismo rostro”, dirigido por Daniel Tinayre, esposo de Mirtha.
Otras presencias en la pantalla chica (en series como “Silvia muere mañana”, “Viendo a Biondi”, “Carola y Carolina” y “Su comedia favorita”) ayudaron a ir desvaneciendo su presencia artística tal como lo había decidido.
Por entonces, su hermana ya había iniciado los legendarios almuerzos televisados y Silvia solamente concurrió dos veces al programa que Mirtha inició el 3 de junio de 1968, aunque su presencia allí irrumpe de la mano del dicho propio repetido por la anfitriona: «Lo que no es, puede llegar a ser; como te ven, te tratan, y, si te ven mal, te maltratan».
Durante el último verano las hermanas compartieron la profusa actividad nocturna y teatral de Mar del Plata, asistiendo a algunos espectáculos.
Al conocerse el fallecimiento de Silvia, ocurrido en su domicilio mientras dormía, las redes sociales comenzaron a llenarse de mensajes como el del animador y empresario Marcelo Tinelli, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Mi enorme cariño para @mirthalegrand en este duro momento. Se fue su hermana Goldie, una mujer maravillosa, generosa y atenta como pocas personas. Mi amor para toda la familia”.
Otras voces enfocadas en Mirtha fueron las de Catherine Fullop (“Querida @mirthalegrand qué triste noticia la pérdida de tu querida hermana Goldie”) y Reina Reech (“Querida @mirthalegrand te abrazo fuerte, partió a la Luz tu alma gemela, Goldie seguro está irradiandote mucha Luz, paz y bendiciones”).
Fuente: Télam