Dos oficiales del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) fueron detenidos en el marco de la investigación del crimen del preso Federico Rey, quien fue asesinado a balazos durante los incidentes registrados el miércoles pasado en la cárcel de Florencio Varela, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata del subprefecto Gastón Ávila y del prefecto mayor Gabriel Bergonzi, quienes fueron apresados en las últimas horas tras dos allanamientos, uno en una casa de la ciudad de La Plata y otro en la localidad balnearia de Santa Teresita, añadieron las fuentes.
En tanto, la Justicia dispuso el arresto de la alcaide mayor Eliana Heidenreich, jefa del Grupo de Asistencia y Seguimiento, quien se sospecha fue la autora de los disparos que mataron al preso, aunque no fue hallada en su domicilio de La Plata cuando fueron a buscarla, por lo que se llevaban a cabo otras diligencias con el fin de localizarla, añadieron los voceros.
De la pesquisa llevada adelante por la UFI 9 de Quilmes, a cargo de Roxana Giménez, y con información aportada por Asuntos Internos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos provincial, surgieron elementos para solicitar los arrestos de los dos penitenciarios varones por encubrimiento agravado y de la mujer como autora de homicidio agravado por ser integrante de una fuerza de seguridad.
El recluso fue asesinado el pasado miércoles durante incidentes registrados en la Unidad Penal 23 de Florencio Varela, donde se llevaba a cabo un reclamo de prisiones domiciliarias ante la pandemia de coronavirus.
Si bien inicialmente la muerte de Rey fue atribuida a una pelea a puñaladas entre presos, mediante la autopsia se estableció que había sido asesinado por disparos con posta de plomo realizados con una escopeta calibre 12/70 cuando estaba en el techo del pabellón 6 de la Unidad 23.
La defensa de la oficial había presentado un pedido de eximición de prisión pero le fue denegado por el Juzgado de Garantías, dijeron las fuentes consultados.
En el marco de la pesquisa se logró obtener el testimonio de una agente que fue considerado clave, ya que aseguró haber entregado un envoltorio con tres cartuchos servidos de postas de guerra de color rojo que habían sido encontrados en el muro perimetral de la cárcel, entre los puestos de guardias 2 y 3.
En su declaración, la funcionaria penitenciaria explicó que esas vainas se las había entregado un oficial para que las guarde y luego las descartara.
Ese testimonio, más el de otros agentes e internos orientaron la causa y derivaron en los pedidos de arresto.
Por orden judicial, fueron secuestradas 17 escopetas calibre 12/70 utilizadas por los agentes el miércoles pasado en el penal para ser sometidas a pericias.
Los incidentes se originaron la mañana del 22 de abril pasado en los pabellones 2, 6 y 7, del sector de máxima seguridad de la mencionada unidad penitenciaria, a raíz de un reclamo de los presos para que se agilicen sus reclamos de prisiones domiciliarias para los detenidos que conformen la población de riesgo ante el contagio del coronavirus.
Tras horas de negociación, los guardiacárceles ingresaron y de originó enfrentamiento que culminó con Rey asesinado y con 40 presos y 15 agentes del SPB herido de levedad, según se informó oficialmente.
Respecto a los incidentes, los investigadores aseguraron que el momento de mayor tensión ocurrió cuando los presos mantenían sobre los techos del penal a algunos detenidos por causas de violación y amenazaban con tirarlos al vacío.
La situación volvió a la normalidad luego de la conformación de una mesa de mediación entre las autoridades judiciales, penitenciarias y de la Comisión Provincial por la Memoria con referentes de los distintos pabellones.
Fuente: Télam